jueves. 25.04.2024
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Argentina, 1985

Amazon Prime Video España 21/10/2022  

Argentina, 1985

Título original

Argentina, 1985aka 
Año
Duración
140 min.
País
Argentina Argentina
Dirección

Guion

Santiago Mitre, Mariano Llinás

Música

Pedro Osuna

Fotografía

Javier Juliá

Reparto

Compañías

La Unión de los Ríos, Kenya Films, Infinity Hill, Amazon Studios. Distribuidora: Amazon Prime Video

Género
ThrillerDrama | Basado en hechos realesDrama judicial / Abogados/asAños 80Dictadura argentina
Sinopsis
Inspirada en la historia real del fiscal Julio Strassera, Luis Moreno Ocampo y su joven equipo jurídico que se atrevieron a acusar, contra viento y marea, a contrarreloj y bajo constante amenaza, a los altos mandos de la sangrienta dictadura militar argentina (1976-1983) en el llamado Juicio a las Juntas de mediados de los años 80. Una batalla de David contra Goliat, con los héroes menos esperados.
 
CRÍTICA

Estamos  ante el mejor cine de denuncia política. Argentina, 1985 nos devuelve a reiteraciones -nunca están demás- con el detalle necesario, sin descuidar los ingredientes indicados en la reconstrucción de un clima de época ilustrativo para las nuevas generaciones. 

Es el proceso a quienes supieron arrasar los derechos humanos, amparados en el poder del Estado, en momentos de extrema convulsión político-ideológica. La justificación de un salvataje caduco, los resabios de un poder patoteril que desafía los temores de un fiscal comprometido con la causa.

Puesta en escena formal, el despacho de Strassera, los libros, la música de Wagner, la evasión frente al miedo ante la primera decisión, la esposa en contraplano. Se despliega un contrapunto medular, que oficia a modo de conciencia alternativa, para adjuntarse al futuro “héroe de la democracia”.    Intentará contradecir la lógica de un “vicio” que el sistema arrastraría en su retorno; los fantasmas del pasado flotan en la imaginación, y consiguen proyectar su accionar limitante. La música se reduce en volumen para volver a la sonoridad; no debe funcionar como refugio, sino como aliento a la batalla desde la confianza. Tannhäuser resuena en la leyenda, es el apoyo de Sofía y el triunfo sobre el otrora proclamado poder divino. Wagner dará el empujón que el fiscal necesitaba.

Strassera intenta llevar a juicio y condenar a las juntas militares, contará con un equipo de abogados que, a pesar de su juventud e inexperiencia, asumirá con ahínco la tarea. En medio de desplantes y amenazas, se irá delineando la estrategia con el convencimiento en la nobleza de la causa.

Cine político explicado al detalle para quienes no gustan de versiones panfletarias; salvando distancias de contenido, nos recuerda obras recientes como O proceso (María Augusta Ramos, 2018), ya no en el terreno de la ficción, pero conservando el rigor de un enfoque que la vuelve de consulta permanente.

La emoción está presente en los relatos, pero siempre calibrada en la alternancia de contraplanos, que intercalan la circunspección del mundo legal representativo de la frialdad y razón jurídica en proceso. El enfoque y desenfoque, la lente, en sus variantes, nos traslada hacia las posturas del mundo legal: Strassera observa con atención y respeto el relato de la tragedia. Los cálculos permanecen impermeables a la invasión del sentimiento que, sin embargo, se las ingenia para traslucir y decantar en presencia sobria, la circunstancia lo amerita.

Labor de Ricardo Darín a la altura, pese a la semejanza con los roles habituales, alcanza a mostrar matices que lo diferencian de otros desempeños como el de El secreto de sus ojos (Juan José Campanella, 2009).

El filme enrosca dos institucionalidades en pugna, la justicia militar y la justicia civil. Se pone en juego la capacidad del sistema democrático y su retorno a la legitimidad. La caducidad de un régimen que, en ausencia de artilugios, comparece ante la sociedad. A falta de estrategias pseudolegales,  afloran procedimientos mafiosos que hacen temer un rebrote de lo que, quizá, jamás cesó. El poder en las sombras advierte, los resultados serán determinantes a la hora de desvelar realidades que trascienden e implican el problema del respeto a los derechos humanos.

El primer plano de un maletín en medio de la corte, las dudas de Moreno Ocampo nos trasladan al clima de incertidumbre reinante en la época. ¿Pasará?...y, ¿qué pasa si…? “El diario del lunes” nos ilumina, pero el filme no peca de anacronismos, es bien necesario en su departir; climas y conceptos asociados representan lo no vivido por muchos, la precisión habilita la comprensión.

La redefinición de la democracia, en clave de asunto público intergeneracional, opera más allá de la paranoia y la negligencia, es metáfora que ubica el concepto de participación como eje fundamental. Strassera se rodeará de jóvenes inexperientes que aportarán, desde su ingenuidad, el complemento óptimo, el antídoto contra el miedo y la desconfianza. El no saber consigue aliarse al saber, desde su incontaminación, tanto racional como emocional; la combinación funciona, la unidad hace la fuerza, pero siempre desde la diversidad, otro concepto oculto, pero presente. Y seguimos arrimando elementos a la categoría de democracia, a medida que el filme avanza, el concepto se va redefiniendo, pero no con la misión de desasnar a algún distraído, sino que, el propósito es desarticular versiones tendenciosas, que supieron albergar contenidos desacreditantes, en el intento de avalar la necesidad de tutelas al servicio del autoritarismo.

Ricardo Darín da vida al fiscal Strassera en "Argentina, 1985"

El discurso del fiscal reacomoda, moral de por medio, las nuevas relaciones entre ciudadanía y fuerzas armadas; la cámara se pasea ante la fila horizontal de golpistas alineados; la verticalidad de los mandos, y su influencia nefasta, se han disipado ante el reino de una institucionalidad respaldada a sala llena.

El detalle en la prosa al servicio de la contundencia y la memoria, tal vez un tanto extensa, sí, pero oficiante de documento constitutivo de rica información para las nuevas generaciones, quizá más afectas al poder de la imagen que a la revisión de textos escritos.

Tendremos un descenso, pero esta vez no será hacia los infiernos, las escaleras anuncian el veredicto independiente, los magistrados decidirán sin presiones institucionales, en el bar. Es la contracara, se diluyen los temores, los malos presagios se destruyen para completar el juicio en democracia.

Argentina, 1985 nos brinda un mensaje de unidad entre generaciones y entre ciudadanos, cada cual, desde su lugar, cumple una función; el respeto a la institucionalidad es el único requisito. Es así que, abogados, víctimas, familiares y ciudadanos en general, mediante su accionar desde la implicancia, serán directos responsables en el sostenimiento del sistema.

Ni thriller, ni melodrama, representación de hechos ya conocidos que fácilmente anticipan lo que se viene. Una visión reivindicadora se abre paso en medio del miedo, las presiones y las suspicacias alentadas por los colaboradores del antiguo régimen. El resultado se permite la expansión a partir de las tribunas; la cámara utiliza mucho el recurso del desenfoque en el contexto para resaltar la sensibilidad contenida y su explosión en llantos y algarabía, es momento de expresión; porque todo es cuestión de momentos: la verdad y la justicia también llegan.

 

Argentina 1985: El resurgir de la DEMOCRACIA