viernes. 19.04.2024
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Jadeando por el canal de voz, en ese intermedio incómodo de no poder vernos presencialmente las caras, Enrique Garcia me concede ese pequeño espacio entre clase y clase. Porque antes de ser director (hablo incluso en el sentido espiritual), el malagueño vive un horario agotador como profesor en la Escuela de cine de Málaga. El conocimiento adquirido de las películas vistas a lo largo de toda una vida, transmitidas a esas generaciones qué, en un momento de convulsa indeterminación, tienen una pasión compartida por seguir contando historias. De profesor a alumno esa enseñanza persiste. De esa forma, inconsciente, ingenia y da forma a los planos, secretos y fascinaciones internas de “La Mancha Negra”. Un relato sobre la familia, de aquellas ruralmente disfuncionales, cuyas distancias se dilatan con cada día qué el mundo y las relaciones qué lo rodean avanza en un inexorable cambio. Más fascinante me resulta ver la película y encontrar un relato sobre el propio Enrique García. Una metonimia sobre su guionista y director, el lugar qué fue suelo de los pasos y recuerdos de su ideólogo. 

Viendo la película me he dado cuenta del potencial qué tiene Andalucia, sus tramas, sus entresijos...

Sí, es bastante interesante. Yo soy andaluz. He visitado muchos pueblos de Málaga en los qué algunos casos el tiempo no ha transcurrido, no ha pasado, porque sigue habiendo una cultura de cortijo. Ten en cuenta qué ha sido un siglo de tradición. Con el periodo de la dictadura los pueblos se vieron como muy anclados al pasado a excepción de los pantanos qué se inauguraron pero a finales de los 60 y todavía a principios de 2022. No ha sido difícil encontrar cortijos con una instalaciones y una arquitectura de principios del siglo pasado. 

La mancha negra', del director malagueño Enrique García, se estrenará en  cines el 25 de febrero - La Opinión de Málaga

Al ver la peli es verdad qué más al principio se plasma un poco del género de terror con elemento de exorcismos ¿Ha habido un poco de influencia con eso o me lo estoy imaginando.

Pues mira yo soy muy amante del género de terror. Aunque mi primera película fue un drama carcelario con tintes de comedia, Resort Paraiso es un thriller abierto qué mezcla una especie de calma total y “El cabo del miedo” en un escenario claustrofóbico como es un hotel cerrado, con tintes de “El Resplandor”. Cuando yo escribí la peli, aparte de tener un aire a cine rural qué hay en España como “La caza” o “El Séptimo día” de Carlos Saura, también tiene un homenaje a “Los Santos Inocentes”.

Eso te iba a decir. El personaje de Juaneque bebe un poco a un personaje de los Santos Inocentes.. 

A Paco Rabal, un referente qué no podíamos imitar pero sí tenerlo como qué podíamos hacer algo muy grande y muy bonito. Es lo qué digo, a mi me gusta mucho ese cine, pero también me encanta el cine claustrofóbico americano como “Reservoir Dogs”, en los 70 “Perros de Paja” de Peckinpah. Pero fíjate para escribir a Manuela mi referente era Ripley, piensa qué es un personaje qué empieza muy borde, muy tosco y con las normas muy estrictas, pero poco a poco la gente va empatizando con ella, porque es la superviviente.. 

Yo lo veo un personaje muy español, más qué una referencia extranjera. Muy terca, orgullosa, con mucho carácter.. 

Claro, también hemos tirado por “La casa de Bernarda Alba” como referente identitario, esas mujeres de negro en la casa rezando con esa represión de la madre. Hice un coctel con todas esas referencias y he contado mi historia de una familia disfuncional en la qué tú lees en el periódico qué una familia ha llegado a la sangre por una herencia en 2021 te lo crees. Pues ahora llevátelo a 1971 a un drama de pueblo muy opresivo y gobernado por el cacique, con esa pasión y giros escondidos. La Mancha Negra es la verguenza qué han tenido qué esconder durante años, al final salen las verdades, las heridas abiertas. No hay un enemigo más peligroso qué el qué te conoce a la perfección como puede ser tu familia. 

Casi todas las escenas han sido de día, alguna de noche. Lo qué te he preguntado del terror, no es de terror como tal pero tiene esos elementos. Y cuando es de terror es de día, es algo qué me llama mucho la atención. Porque el terror normalmente es de noche. ¿Cómo ha sido lo de rodar de día, encima en un entorno rural donde la luz está presente en cada esquina? 

Hombre, para mi una de las pelis de terror más luminosas qué existen es el Resplandor. Quitando el laberinto final el resto es un hotel qué está bastante iluminado en todos los pasillos. 

Enrique García estrena en cartelera un retrato de la España negra desde un  cortijo malagueño | Diario Sur

Pero yo me refiero más al tema ambiental. En cierta forma me ha recordado a “Quien Puede matar a un niño?”, porque es de esas películas españolas en un pueblo pequeño de día. ¿Cómo puede dar tanto miedo y es de día? 

Me alegro qué me hagas esa referencia. Yo recuerdo qué la primera versión era en Almanzora, qué era el pueblo de quien puede matar a un niño. Luego descubrí qué en Granada hay un pueblo qué se llama igual. Pero en la peli del maestro Chicho, aparte de qué tiene esa ruptura de lo cotidiano, de la luz. La luz llega a ser un punto asfixiante. El lienzo de la mancha negra de día lo veo como una capa de albero amarillo del suelo, casas blancas, cielos azules, y unas figurantes vestidas de negro pasando por estos cuadros, por delante de las casas blancas. Es una imagen muy potente. Y las noches, al director de fotografía le pasé un libro de Caravaggio con las luces de candiles, por eso decidimos qué no había electricidad en la planta de arriba. Obviamente soy muy fanático de la saga de “El padrino” y era también para mi un referente. Claro qué había luz pero estaba todo muy trucado, hasta la oscuridad de la noche y las velas. 

La figura del sacerdote también me llamaba mucho la atención, porque es verdad qué siendo un párroco se ve como es temido, por la familia es el enemigo. ¿Qué se buscaba representar en su persona?, porque siendo una figura eclesiástica con esa influencia, llega a ser incluso contradictorio, la Iglesia como enemiga.. 

Hay qué ser realista y tener claro qué en el periodo de la dictadura la Iglesia estuvo muy del lado del dictador y aprovechándose mucho de esa posición de querer tener al pueblo muy oprimido. No digo qué no hubiera curas buenos, qué claro qué lo había, pero también se aprovecharon de ese poder para convertir el pueblo donde estaban en su feudo donde comían gratis, imponían el terror a base de denuncias infundadas y donde aparte hacían un negocio de guardarse tierras y capital para ellos o para herederos qué le facilitaran una vida mucho más cómoda. 

La Iglesia en la peli está muy presente, aparte de ver al sacerdote como representación particular, está también en cuanto a la voz de la parábola del hijo pródigo.. 

La parábola del hijo pródigo es el regreso del personaje de Pablo Puyol, qué se fue huyendo de su pueblo e hizo vida en los negocios peor y mejor, cuando llega al pueblo los negocios le están explotando en la cara. Es un poquito volver a las raíces, él quiere coger su parte del dinero e irse, pero poco a poco va entrando en la tierra de nuevo. Cuando camina por los olivos de noche se da cuenta qué lo está capturando la tierra. 

Tema de la familia. Se puede ver desde una perspectiva más positiva, otra más ruinosa, como si la familia fuera una tragedia, y aquí hay una visión clara, podríamos decir negativa. ¿Cómo ves el concepto familiar? 

Mira a priori cuando se arrastran errores del pasado como por ejemplo Modesta tiene qué cuidar de su hermana Mercedes. Ahí se ve en el final los motivos por los qué se ve anclada de por vida. Es una familia qué odia el pueblo. Es verdad qué también se aboga por la redención y el amor. Yo creo El ser humano tiene motivos para odiar pero al final sale a flote la humanidad en los momentos qué menos nos esperamos, entonces “La mancha negra” tiene un punto de corromper, de hacer una lectura de como el ser humano se puede animalizar. Pese a todo creo qué hay un futuro positivo. 

La Mancha Negra, dirigida por Enrique García - Crítica - Cinemagavia

Los personajes, se nota qué es Andalucia, pero es verdad qué muchas veces se ha hablado sobre el acento andaluz, porque es verdad qué los personajes sin ningún tipo de complejo, como debería ser, no se esconden. Hablan con ese acento marcado y te lo quería preguntar, porque muchas veces con el acento andaluz nos avergonzamos de ello, lo queremos ocultar, incluso a los actores se les ha incitado a cambiar el acento qué llevan..

Yo para empezar como soy andaluz cuento una historia qué transcurre en Andalucía pues lo lógico es qué hablen en Andaluz, yo te puedo poner ejemplos a favor: en la serie Fariña hablaban con acento gallego. En la última película de Kenneth Branagh hablan en irlandés. Por ejemplo en una serie como El Príncipe hablaban en un castellano de Valladolid en una de las barriadas qué lindan con Marruecos y Ceuta. Hablaban en un castellano perfecto y eso si qué me chocaba. Imagínate lo raro qué es qué unos personajes qué se han criado en el campo hablando en un castellano limpio, sabes? Sería de extrañar. Hombre, son todos muy buenos actores pero hablan desde la tierra. Si yo tengo qué rodar en Cataluña sobre el pueblo catalán yo no voy a rodar en andaluz, yo voy a rodar en catalán o en un acento catalán. O en el País Vasco. No se puede contar una historia como Maixabel sin recurrir al acento vasco. Entonces ya es hora de qué los andaluces, teniendo nuestras propias historias, qué cuenten con nuestro acento. En mis tres películas los personajes qué han hablado en andaluz no tienen qué esconderse de su procedencia. Yo quiero qué suene la verdad, y no qué sea impostado. Y si es en andaluz, es maravilloso. 

A la hora de afrontar esta entrevista, reflexiono qué la autoría del escrito reside siempre en realidad en el propio entrevistado. Entonces, ¿quién mejor qué él para dar título al texto referente a su obra? 

Así para ayudarme un poco para afrontar la crítica, otro título así qué si tuvieras qué poner otro qué no fuera la Mancha Negra, ¿cúal sería? Porque no el director y escritor qué ha ideado la historia pueda decírmelo 

Es buena pregunta, responde Enrique. Personal y sugerente. “La culpa qué arrastra”, es el primero qué se le viene eventualmente a la cabeza. Descarta al instante el segundo qué se le ocurre, “Heridas abiertas”, patentado por la serie original de HBO. “Yo creo qué la culpa qué arrastra, porque los qué hemos sido herederos de esta educación católica seguimos viendo mal determinadas conductas”, piensa el director. 

Realmente sería mejor decir “La culpa qué arrastramos”. Al igual qué sus personajes, nosotros, somos víctimas andantes de una culpa particular, de un pasado qué sigue dando forma a nuestro presente.

 

La culpa qué arrastra, por Enrique García