CRÍTICA DE CINE

Entre Las Olas: Un canto a la amistad inquebrantable

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Entre las olas

Cartelera España

Título original

Entre les vagues
Año
Duración
99 min.
País
 Francia
Dirección

Anaïs Volpé

Guion

Anaïs Volpé

Música

David Gubitsch, Elie Mittelmann

Fotografía

Sean Price Williams

Reparto

Souheila YacoubDéborah LukumuenaMatthieu LonguatteSveva AlvitiAngélique KidjoAlexandre DesaneFabien Mariano OrtizMarylou VergneJulia MugnierAdam HegazyDiamond DeukloJuliette Dol

Compañías

Unité de production, Canal+, Ciné@, Cinéventure

Género
Drama | AmistadTeatro
Sinopsis
Alma y Margot son inseparables, son dos mejores amigas que se aferran a la energía de su juventud y a su ardiente deseo de conquistar el mundo. Ambas comparten el mismo sueño de una carrera exitosa como actrices. Se acercan un paso más cuando son elegidas como protagonista y suplente en una obra de alto perfil en París.
 
CRÍTICA

Soñar, caer, volver a empezar. Margot y Alma (Souheila Yacoub y Déborah Lukumuena) son dos mejores amigas que se aferran a la energía de su juventud y a su ardiente deseo de conquistar el mundo. Inseparables, llevan una vida un poco mediocre, quieren ser actrices, asisten a los mismos castings, a las mismas pruebas, fracasan una y otra vez hasta que la suerte les sonríe y ambas son elegidas para interpretar una función de teatro contemporáneo de una dramaturga italiana: Alama será la protagonista y Margot la doblará… Todo muy feliz hasta que la vida se interpone entre ellas, poniendo a prueba esa amistad inquebrantable…. 

Deborah Lukumuena, premiada con el César 2017 a la Mejor a actriz secundaria por su papel en «Divine», es una de las dos protagonistas de esta película que es un canto a la amistad, una tragicomedia melodramática divertida y sensible, segundo largometraje dirigido por Anaïs Volpe. El otro personaje  es Souheila Yacoub (ClimaxLe sel des larmes), y el argumento la complicidad que existe entre las dos jóvenes que quieren comerse el mundo. No es una gran película, pero es una obra estimulante. 

Emocionalmente, la película «reposa en el progresivo hundimiento de las esperanzas» de las chicas (culturepong.com) y el escenario París, una ciudad «modesta y atmosférica», en la que las dos amigas viven «los últimos  días de inocencia… el tema y las actrices dominan la historia que respira el aire de los tiempos…» (France Culture).

No hay padres, no hay escuela, solo están ellas en un relato que la crítica francesa ha entendido en la línea de «los cuatrocientos golpes» de un Truffaut que rompía tabúes en los años sesenta.