Regreso al futuro: vuelven los autocines por el coronavirus

Lugares seguros de ocio

La pandemia propicia esta forma de ver películas, social pero segura

Coronavirus en España: última hora del estado de alarma, desescalada en directo

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Autocine en Madrid

Autocine Madrid

La pandemia puede hacernos retroceder en el tiempo como jamás hubiéramos imaginado. Tanto en términos económicos que en cuestión de hábitos. ¿Quién nos iba a decir que en pleno siglo XXI, y cuando lo que está en boga es ver series y películas en casa, de pronto asistiríamos a un retorno del autocine? Sin embargo, y tal como se confirma en Alemania, Corea del Sur o hasta la República Islámica de Irán, resulta que esta es justamente la forma de ver cine que más sentido tiene para quienes no se conforman con la tele y echan de menos la gran pantalla; para aquellos que extrañan “ir al cine” pero quieren la mayor protección posible frente al virus que nos está robando la vida.

En España, el Autocine Madrid RACE –abierto hace tres años al calor de la moda Vintage– sólo espera la entrada de la ciudad en la fase I para reabrir el negocio “con más expectativas que nunca”. Y lo mismo cabe esperar en los tres recintos existentes en la Comunidad Valenciana, el de Getxo y el de Gijón. La empresa que gestiona el de Madrid, de las granadinas Cris Porta y Tamara Istambul, prevé abrir uno más en Málaga y tienen “planes” para otro en Barcelona.

En Alemania el autocine vive todo un ‘boom’ que favorece la creación de nuevos negocios

“Nunca lo habíamos pensado, claro. Pero da la impresión de que el autocine está hecho para una pandemia”, dice Cris Porta mientras aguarda con cierta ansiedad las noticias sobre el día exacto en que Madrid pasará a la Fase 1 de la “desescalada”. El miércoles siguiente a ese lunes, es decir el día 13 si el Gobierno da luz verde a la petición autonómica de empezar a desescalar este próximo lunes 11, cien vehículos con un máximo de 200 espectadores podrán entrar en la explanada de tres hectáreas arrendada a la empresa pública Adif y convertida en cine gigante con pantalla de 250 metros cuadrados. “Es el autocine más grande de Europa –presume Porta–, con capacidad para 350 vehículos y sus 1.400 ocupantes: un aforo que sólo se cubrirá al final de la transición y previo paso intermedio por una entrada del 50% en la fase 2.

En las primeras semanas se proyectarán Grease y algunos clásicos de los que allí se suelen combinar con las películas de estreno y que de algún modo “pegan” con la idea de autocine al estar ambientadas o guardar relación con los años 50, como por ejemplo Pulp Fiction . Ya en julio se espera que regresen las novedades –como Mulán , de Disney– y el recinto volverá a funcionar como cine de estreno.

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Autocine Madrid

F.Cubero / Autocine Madrid

En el periodo de recuperación, la compañía potenciará la compra de las entradas online y mostrará sólo por su página web la carta de sus platos y bebidas, así como los números de móvil para encargar cena y llamar a los camareros, y el punto de la estación de FM en el que se recibe el audio de la película. “Todos los empleados –alrededor de una docena en los primeros momentos– llevarán mascarilla y pantalla protectora además de guantes. Ya tenemos las EPIs (equipos de protección individual), y hemos hecho pruebas para asegurar que todo se hace con seguridad”, explica la empresaria.

Aunque la idea es dar prioridad al servicio de catering con llamada desde el vehículo, los food truck o camionetas restaurante servirán comida al exterior a través de mampara. “Tendremos gente vigilando que se mantienen las distancias, y por supuesto los platos y vasos serán de un sólo uso”, continúa Porta. Los pequeños restaurantes con sillas y mesas en el interior estarán cerrados mientras dura la transición.

En las últimas semanas, las socias del Autocine Madrid trataron de fijar todas estas condiciones en coordinación con los Ministerios de Sanidad y Cultura. “Pero no llegaron a respondernos, salvo para decir que contactarían, y al final decidimos que reabriremos siguiendo las normas y los protocolos, como hace todo el mundo”, señala. Y no deja de expresar cierta “rabia” por no haber podido abrir antes, dadas las condiciones de seguridad y distancia que de por sí ofrece el autocine, y tras lo visto en otros países donde la fórmula sí se ha hecho valer desde un principio como alternativa a las salas de cine.

Boom en Alemania

El caso de referencia más claro es Alemania. Allí el coronavirus ha dado lugar a un boom de los autocines, los cuales no sólo se han mantenido abiertos –en contraste con las salas– sino que han doblado su número. Según los medios locales, a lo largo de la pandemia se ha pasado de unos veinte en todo el país a casi 50. Los autokino ya establecidos en Essen o Colonia van viento en popa. Y todo para ver “casi no importa qué película porque lo que la gente quiere es salir e ir al cine”, dicen los encargados de los recintos.

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Autocine Madrid

Autocine Madrid

La empresa germana de gestión de eventos D. Live instaló hace días un autocine en el aparcamiento de la Feria de Comercio de Dusseldorf . Y algo parecido ingeniaron los organizadores del Festival Internacional de Cine de Vilna al acondicionar de igual modo el aeropuerto internacional de la capital lituana; es el Aerocine, lo bautizaron, y da cabida a 150 coches.

300 en los EE.UU.

En Estados Unidos, cuna del autocine, la apertura progresiva de algunos de los 300 que funcionan actúa como pequeña vía de escape frente al desolador panorama de más 5.000 salas convencionales cerradas. También allí los aforos se reducen a la mitad, hasta límites que rondan los 200 o 250 vehículos.

La United Drive-In Theatre Owners Association, que reúne a los dueños de estos negocios, espera que este nuevo y creciente auge impulsado por el coronavirus se prolongue más allá de la pandemia, pues “la gente va a seguir buscando entretenimiento fuera de casa pero con distancia social”.

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Primer autocine en Nueva Jersey (Estados Unidos)

New Jersey Historical Studies Society

Otros usos del autocine

La experiencia de Corea del Sur, donde los autocines también han vivido un gran momento durante la pandemia y mantienen las buenas cifras pese al levantamiento de restricciones, acredita que la fórmula puede experimentar un resurgimiento a largo plazo.

Bajo las mismas premisas que la visión de una película, el sistema permite además asistir a conciertos, servicios religiosos y otras celebraciones multitudinarias. En Alemania ya se hace.

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Un autocine

Birkus-Viktor / Getty Images/iStockphoto

Por si todo esto no bastara y obviamente barriendo para casa, Porta añade que el autocine “va más con unos tiempos en que la gente, sobre todo los jóvenes, busca una experiencia menos limitada que la de ver una película en una sala cerrada y oscura donde no puedes hablar ni comer ni beber”.

En todo caso, tanto los casos de otros países como la lógica y el sentido común abonan el terreno para convertir este invento retro en un recurso del provenir. Sería un curioso regreso al futuro. En España, eso sí, se aprecian al menos dos obstáculos o inconvenientes: falta tradición y sobra burocracia.

Irán adopta el autocine... en clave política

La República Islámica de Irán, uno de los países más castigados por el coronavirus, se ha sumado a la extendida fiebre del autocine. El fenómeno es allí completamente nuevo, y los espectadores se muestran encantados al acudir a la “Máquina de Cine” –según la traducción del farsi– montada en un aparcamiento bajo de la icónica torre Milad de Teherán. “Es la primera vez que esto sucede, al menos para la gente de mi edad”, dijo a la agencia AP Behrouz Pournezam, de 36 años, que acudió al recinto junto con su esposa. “Estamos aquí principalmente para experimentar una emoción genuina; la película en sí no nos importa demasiado”, añadió.
El filme que se proyectaba era Exodus , sobre una protesta campesina contra una autoridad local similar a la del gobierno del presidente Hasan Rohani: un moderado –en términos relativos– dentro de la teocracia chiíta de Irán. Rohani suelen encajar críticas de la línea dura del régimen. Y no en vano Exodus fue producida por una empresa afiliada a la Guardia Revolucionaria de esa tendencia. De todos modos, lo que al parecer importa a los asistentes al autocine son otros aspectos. Empezando por la novedad. Hay que tener en cuenta que este tipo de cine estaba prohibido desde el estallido de la Revolución Islámica en 1979; sus defensores sostenían que el invento concedía demasiada privacidad a las parejas jóvenes no casadas. Y hay otros incentivos: “Ahora estoy sentado aquí, tranquilamente, y si quiero comer algo o relajarme no tengo que preocuparme por distanciarme de otras personas”, comentó otro espectador.

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