CRÍTICA DE CINE

6 Días: Truco o trato

Aunque pueda resultar un tanto paradójico, en 6 Días nunca vemos a Margaret Thatcher y ni siquiera escuchamos su voz hasta los últimos minutos del film. Sin embargo, la fría e implacable presencia de la primera ministro británica impregna casi cada fotograma de la película del director Toa Fraser.

Drama | 94 min. | UK-Nueva Zelanda 2017

Título: 6 Días.
Título original: 6 Days.
Director: Toa Fraser.
Guión: Glenn Standring.
Intérpretes: Jamie Bell, Abbie Cornish, Mark Strong, Emun Elliott.

Estreno en España: 24/11/2017 
Productora: General Film Corporation.

Distribuidora: A Contracorriente Films.

Sinopsis

En abril de 1980, un grupo de terroristas armados toma la embajada iraní en Londres con 26 rehenes, exigiendo que su secuestro se retransmita en directo y que se libere a 91 presos. Comienza así una tensa cuenta atrás de 6 días mientas un grupo de Operaciones Especiales del ejército, altamente entrenados, se prepara para asaltar la embajada en el caso de que las negociaciones entre las autoridades y los secuestradores no lleguen a un acuerdo.

Crítica

Aunque pueda resultar un tanto paradójico, en 6 Días nunca vemos a Margaret Thatcher y ni siquiera escuchamos su voz hasta los últimos minutos del film. Sin embargo, la fría e implacable presencia de la primera ministro británica impregna casi cada fotograma de la película del director Toa Fraser (Las Crónicas de Shannara, Tierra de guerreros) . La trama nos cuenta el encarnizado enfrentamiento de seis días entre los terroristas asociados con el grupo separatista iraní Frente Democrático Revolucionario para la Liberación de Arabia (DRFLA) y el gobierno británico en la embajada iraní de Londres en 1980. El asalto posterior donde murieron dos rehenes y la casi totalidad de los terroristes fue conocido como Operación Nimrod, momento en el que miembros de las Special Air Service (Fuerzas especiales británicas), tomaron por asalto el edificio. 

El argumento avanza metódica y desapasionadamente hacia su conclusión predestinada.

El argumento avanza metódica y desapasionadamente hacia su conclusión predestinada. Al final, deja las causas raíz del descontento del grupo militante completamente inexplorado, justificando sin rodeos, incluso celebrando, la negativa típicamente firme de la Dama de Hierro a admitir la culpabilidad de su país por los subproductos de sus empresas imperialistas o negociar con terroristas sin importar el costo. En 1980, Thatcher todavía era una primera ministra incipiente, por lo que el rescate potencial de los 26 rehenes y la ejecución de los terroristas le brindaron la oportunidad de mostrar su fortaleza al mundo en general.

Pero en lugar de seguir la situación de los rehenes desde las altas esferas del gobierno británico donde se tomaron las decisiones importantes, 6 días se desarrolla desde los puntos de vista de tres personas que operan en el terreno: Max Vernon (Mark Strong), un negociador de rehenes, Kate Adie (Abbie Cornish), una reportera de noticias de la BBC, y Rusty Firmin (Jamie Bell), el líder de la unidad de Special Air Services (SAS) que está esperando afuera de la embajada para iniciar su incursión. Al presentar múltiples perspectivas, la película opera bajo la apariencia de una objetividad completa, cubriendo aún más sus contundentes y políticamente cargadas admoniciones con una estructura que augura paz y violencia como resultados igualmente probables.

Así, mientras que Max es presentado como un pacifista que busca una solución pacífica a través de sus negociaciones con el líder terrorista, Salim (Ben Turner), una inutilidad creciente invade el arbitraje, ya que Max continuamente se encuentra con situaciones que le impiden apaciguarlas demandas de los iranís. Aunque se presenta como admirable por las formas intelectualmente ágiles en que convence a Salim para que libere a dos rehenes y mantenga abiertas las líneas de comunicación entre los dos bandos, sin embargo, sus métodos finalmente se presentan como ineficaces frente al asedio inminente, tras lo cual la película transfiere todas sus alabanzas de heroísmo a Rusty y al escuadrón de SAS, quienes se preparan diligentemente para la oportunidad de enorgullecer a la Madre Inglaterra.

A pesar de la naturaleza histórica de la cobertura informativa de Kate Adie, en el desarrollo de la trama queda marginada durante la mayor parte de la película y nunca encuentra una forma significativa de integrar su perspectiva en la narración. Pero al igual que Fraser ignora el impacto cultural de Kate al capturar las icónicas imágenes del sitio en vivo, también lo hace el contexto que llevó a Salim y la invasión de sus compañeros de la DRFLA a la embajada iraní. Si bien la película es justamente crítica con los métodos violentos del grupo terrorista, tampoco proporciona ningún trasfondo histórico o geopolítico que pueda ayudar a explicar la desesperación que condujo a sus acciones.

En consecuencia, la película presenta el asedio como una inevitabilidad esencial y lo celebra como el último llamado a la ley y al orden al pintar al SAS como único garante y conservador del bien, solo para ser desplegado contra el mal puro. Al enfocarse tan intensamente en el fracaso de las negociaciones y el éxito del asedio, 6 Días reduce la intrincada relación entre Irán y Occidente a un tenso enfrentamiento de ideales conflictivos donde los valores y perspectivas donde solo importan los ideales de una de las partes en litigio.