CRÍTICA DE CINE

Al Oriente

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Al Oriente

Estreno: 28 de octubre

Título original

Al Oriente
Año
Duración
100 min.
País
 Ecuador
Dirección

José María Avilés

Guion

José María Avilés, Felipe Troya

Reparto

Paulet ArévaloSantiago VillacisOliver Utne

Compañías
Coproducción Ecuador-Argentina; 

Angamarca

Género
DramaAventuras
Sinopsis
En la actualidad, Atahualpa trabaja construyendo una carretera hacia Oriente. En la región corre un rumor sobre un gran tesoro escondido al principio de la colonia. Una tarde, después de que su novia Rocío haya salido de la ciudad, Atahualpa siente una provocación, una llamada lejana que le hace retroceder cien años.
 
CRÍTICA

Si uno lee detenidamente la sinopsis le puede traer a la mente el impresionante y poco reivindicado Tropical Malady de Apitchanpong Weerasethakul, en el sentido de que nos hallamos ante una narrativa bifurcada en la que una mitad es realista y la segunda un poco más fantástica. En el momento en el que arranca la acción nuestro protagonista Atahualpa trabaja en un sitio minero de alguna manera peligroso y se encuentra deprimido porque su novia se muda (para mejores perspectivas financieras en otro lugar). En el centro de la imagen, se aleja casualmente de una fogata hacia la oscuridad que la rodea y, durante el resto de la película, lidera una expedición inca en busca de tesoros centenarios. Tan increíble como suena y tan bienvenido como fue el primer cambio, resultó decepcionante en la ejecución. La primera mitad es en realidad más completa tanto por lo que te muestra como por lo que deja fuera. Es casi un documental imparcial en este sentido, una mosca en la pared que observa la mundanidad y la tristeza de ir a ninguna parte del joven.

Realizada gracias a las ayudas a la creación de la Bienal de Venecia, este film ecuatoriano se centra en Atahualpa, un joven trabajador de una empresa de construcción que está construyendo una carretera en medio de la selva. De nuevo el progreso que destruye el paisaje, pero en este caso visto desde la perspectiva de uno de los que lo destruye por mandato de una multinacional china que es la que paga la obra. Cuando su novia decide dejar la ciudad, Atahualpa empieza a soñar con irse al Oriente, ese oriente que es como el oeste americano, una tierra de promesas y de aventuras, la tierra que esconde en su seno el Tesoro de Atahualpa desaparecido desde el siglo XVI.

Una noche que Atahualpa deja vagar su mirada sobre un largo puente, se produce el salto al pasado. Lo recuperamos en medio de la montaña con un grupo de indígenas encabezados por dos hombres blancos. Estamos en 1921. Pero no es un salto en el tiempo del Atahualpa del 2021 al Atahualpa del 1921, no hay nada de fantástico en este cambio. La que da el salto es la película para contarnos la historia de este otro Atahualpa embarcado en una expedición metafísica en busca de un tesoro. Aunque el auténtico motivo del viaje de John, el americano que manda el grupo, no es otro que encontrar una vía para construir un ferrocarril. Vuelve a aparecer el progreso rompiendo el equilibrio de la naturaleza.

La inteligencia de Avilés es la de contarnos estas dos historias de una manera muy seca, sin enfatizar ningún elemento, con un punto de vista casi documental sobre la vida de este hombre en dos tiempos históricos muy concretos, en dos espacios físicos muy distintos. El hecho que sea el mismo actor el que de vida a los dos Atahualpas establece un hilo invisible entre ambos, entre el que anhela encontrar un futuro en ese oriente mítico y el que busca un tesoro escondido en las montañas.