CRÍTICA DE CINE

El Gran Maurice: A mayor gloria del peor golfista de todos los tiempos

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El gran Maurice

Cartelera España 18 de noviembre

Título original

The Phantom of the Open
Año
Duración
106 min.
País
 Reino Unido
Dirección

Craig Roberts

Guion

Simon Farnaby. Libro: Simon Farnaby, Scott Murray

Música

Isobel Waller-Bridge

Fotografía

Kit Fraser

Reparto

Mark RylanceSally HawkinsRhys IfansMark Lewis JonesJohann MyersJake DaviesAlfredo TavaresJonah LeesBarry AirdChristian Lees, ver 12 más

Compañías

BBC Films, Baby Cow Productions, British Film Institute, Ingenious Media, Water & Power Productions

Género
ComediaDrama | BiográficoComedia dramáticaGolf
Sinopsis
La verdadera historia de Maurice Flitcroft, un padre de familia y operador de grúa en un pequeño pueblo inglés, que ve peligrar su puesto de trabajo debido a la inestabilidad económica del país. Tras ver un partido de golf televisado, Maurice se enamora del juego y decide participar en el torneo más importante del mundo, el Open Británico. Un plan maestro que tiene un único problema: Maurice no ha jugado al golf en su vida.
 
CRÍTICA

«El gran Maurice[1]» (The phantom of the Open), película dirigida por Craig Roberts (Belleza eterna) y protagonizada por Mark Rylance (Oscar 2016 por su papel en El puente de los espíasDunkerkeEl juicio de los 7 de Chicago), junto a Sally Hawkins (La forma del agua), Rhys Ifans (Notting Hill) e Ian Porter (Salvar al soldado Ryan), está basada en la novela homónima del periodista Scott Murray, autor del guión junto al escritor Simon Farnaby.

La película cuenta la extraña y verdadera historia de Maurice Flitcroft, un padre de familia y operador de grúa en un pequeño pueblo inglés, que ve peligrar su puesto de trabajo debido a la inestabilidad económica del país. Tras ver un partido de golf televisado, Maurice se enamora del juego y decide participar en el torneo más importante del mundo, el Open Británico de 1976. Un plan maestro que tiene un único problema: Maurice no ha jugado al golf en su vida pero está persuadido de que «un campeonato abierto debería estar abierto a todo el mundo». 

En esta película, representante más que meritoria de la típica comedia británica, con su correspondiente dosis de humor, el protagonista, Maurice, es un poco ridículo; pero esa característica no afecta en absoluto a la historia, que es más bien un homenaje a esos  personajes también típicamente ingleses que vienen a recordarnos que a veces se puede hacer de la incompetencia virtud. Y «El gran Maurice» es algo así pero con el golf impregnándolo todo. 

Entrenándose en las peores condiciones durante un año, Maurice Flitcroft compitió y logró el par más alto en el prestigioso y elitista  British Open de 1976, en el que lleno de optimismo participó, charló con Severiano Ballesteros y esperó ingenuamente ganar y romper con la fatalidad de la precaria economía de su hogar de obrero –marido amante de una Sally Hawkins, esposa devota que sigue con ingenuidad las peripecias del golfista, a la que ha prometido diamantes, caviar y champagne, y padre de dos gemelos  adolescentes (Jonah y Christian Lees) que esperan triunfar bailando música disco- en una ciudad industrial del norte de Inglaterra. Una aspiración absurda que lleva al límite rellenando el boletín de inscripción, presentándose como profesional cuando ni siquiera conoce los nombres de los hierros, mientras se repite un mantra: «La práctica es el camino de la perfección». 

Tras jugar el peor torneo en 116 años, desenmascarado y ridiculizado por los guardianes de la ortodoxia del deporte pero sin desanimarse, Filtcroft siguió jugando en otros torneos a pesar de tenerlo prohibido, e incluso repitió en el Open, utilizando nombres falsos y presentándose con curiosos disfraces. La consagración le llegó de Estados Unidos donde persiguió la gloria  y se ganó las simpatías de esa parte de la sociedad donde se refugian quienes, a pesar de los esfuerzos,  nunca consiguen subir un tramo en la escala social.

Emocionante, enternecedora y divertida comedia social, el retrato del perdedor que fue  Flitcroft nos llega puntuado con toques de humor y fantasía, que recuerdan los filmes de otros realizadores británicos excéntricos, como Tim Burton, y que bebe de fuentes con tradición y pedigree, como los surrealistas Monthy Python.