CRÍTICA DE CINE

Inferno: La exuberancia artística no lo es todo

Se podría decir que estamos ante la “mejor” entrada de la por ahora trilogía de adaptaciones cinematográficas de la franquicia literaria de Dan Brown, lo que por cierto no nos libra de estar frente a un producto opaco y condenado a un olvido casi instantáneo…

Thriller | 108 min. | USA 2016

Título: Inferno.
Título original: Inferno.
Director: Ron Roward.
Guión: David Koepp (Novela: Dan Brown)
Actores: Tom Hanks, Felicity Jones, Irrfan Kahn, Omar Sy. 

Estreno en España: 14/10/2016 
Productora: Imagine Entertainment

Distribuidora: Sony Pictures.

 

Sinopsis

Robert Langdon, el famoso profesor de simbología (nuevamente interpretado por Tom Hanks) se encuentra tras el rastro de una serie de pistas conectadas con el mismísimo Dante. Cuando Langdon despierta con amnesia en un hospital italiano, hará equipo con Sienna Brooks (Felicity Jones), una doctora de la que él espera le ayude a recuperar sus recuerdos. Juntos recorrerán Europa en una carrera a contrarreloj para desbaratar una letal conspiración global.

Crítica

Luego de algunas idas y vueltas en cuanto a su producción, Ron Howard finalmente decidió dirigir una nueva adaptación cinematográfica de otra de las novelas de Dan Brown, el norteamericano responsable de la serie de best sellers centrados en el personaje de Robert Langdon (interpretado por Tom Hanks en la pantalla grande). Al igual que en las fallidas El Código Da Vinci (The Da Vinci Code, 2006) y Ángeles y Demonios (Angels & Demons, 2009), 

Aquí nos topamos con un relato dividido en dos partes: en primera instancia tenemos una introducción perezosa plagada de incoherencias, que bordea la ridiculez y hasta nos ofrece una premisa que ya hemos visto en innumerables ocasiones en el pasado; a posteriori arranca el “desarrollo dramático” propiamente dicho y allí el asunto mejora un poco porque la película se transforma en un thriller de misterio tradicional, tan mediocre como enérgico.

La película se transforma en un thriller de misterio tradicional, tan mediocre como enérgico.

Desde la excelente Frost/Nixon (2008) el realizador viene demostrando que ha maduradomuchísimo con los años pero lamentablemente no ha perdido las mañas, léase esa tendencia a encabezar productos anodinos que traicionan un presunto espíritu de entretener y poco más. Por supuesto que de por sí está perfecto que el señor haya encarado Inferno (2016) con la única intención de llenarse los bolsillos de dólares, ya que en esencia a nivel estético/ narrativo el film es “prolijo” y sigue a rajatabla los pasos de los dos eslabones anteriores.

El verdadero problema tampoco es el guión simplón y en piloto automático de David Koepp o la presencia de un Hanks al que ya le conocemos cada una de sus muecas y todo su repertorio de caras sufrientes o preocupadas. El eje de los inconvenientes es la torpeza de los trabajos de base de Brown y la sensación de estar viendo una clase B con el ego inflado.

Precisamente, a la falta de novedades significativas en el viejo rubro de las historias sobre acertijos, tesoros perdidos, civilizaciones de antaño y conspiraciones vinculadas a sectas y atentados varios, se suman un presupuesto gigantesco e innecesario para la construcción de instantes de suspenso (esos que reclama a gritos la trama y muy pocas veces la experiencia en su conjunto consigue entregar al espectador) y un puñado de escenas de acción que nunca terminan de cuajar dentro de la estructura general propuesta (la obsesión con meter en el medio de todo a Langdon, un profesor de “simbología” de la Universidad de Harvard, tiende a volcar a las secuencias hacia el absurdo, en especial debido a que la idiosincrasia del personaje no se condice con los pormenores de las intrigas internacionales y/ o ese espionaje de raigambre cultural que desperdiga datos y referencias sin contextualizar nada).

En esta oportunidad el protagonista une fuerzas junto a la Doctora Sienna Brooks (Felicity Jones) para nuevamente seguir una serie de pistas -ahora por Italia y Turquía- en pos de detener los planes de un millonario ya fallecido que respondía al nombre de Bertrand Zobrist (Ben Foster), pregonero de la teoría de que el ser humano es una suerte de parásito que destruye el planeta vía la sobrepoblación y sus consecuencias, como el deterioro del ecosistema terrestre y la extinción sistemática de especies. La idea detrás de Inferno sigue siendo interesante, la posibilidad de un ataque biológico masivo para dar de baja a la mitad de la humanidad, no obstante la ejecución se fundamenta en estereotipos sin profundidad o convicción. El recorrido turístico por las locaciones y la exuberancia del arte de fondo no alcanzan para apuntalar una obra atractiva o por lo menos amena en sus propios términos…

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