viernes. 19.04.2024

La Trinchera Infinita : CartelDrama | 147 min. | España-Francia |  2019

Título: La Trinchera Infinita.
Título original: La Trinchera Infinita.

Dirección: Aitor Arregi, Jon Garaño y José Mari Goenaga.
Guión: Luiso Berdejo, José Mari Goenaga.
Intérpretes: Antonio de la Torre, Belén Cuesta, José Manuel Poga, Vicente Vergara.

Estreno: 31/10/2019 
Productora: La Claqueta PC / Manny Films / Irusoin / Moriarti Produkzioak.

Distribuidora: eOne Films Spain.

 

Sinopsis

Higinio (Antonio de la Torre) y Rosa (Belén Cuesta) llevan pocos meses casados cuando estalla la Guerra Civil. Es el año 1936 y la vida de él pasa a estar seriamente amenazada. Aunque intentará huir, el miedo a ser detenido y a las posibles represalias, además del amor que siente por su mujer a la que no puede abandonar, les condenará a ambos a un encierro que se prolongará durante más de 30 años.

Crítica:

La desesperación que desencadena todo conflicto bélico lleva al ser humano a cometer hazañas inimaginables con el fin de sobrevivir. La astucia, el sacrificio o la solidaridad son la base de este tipo de gestas que, con el paso del tiempo, siguen acongojando al público y desenmascarando el lado más bárbaro de la humanidad, irreductible hasta el día de hoy. La Guerra Civil y la posterior Dictadura acarrean numerosos de estos sucesos y La trinchera infinita ejemplifica el caso de los “topos”, es decir, personas que se escondieron durante años o décadas en huecos dentro de sus casas por temor a las represalias del régimen franquista. Un relato sobre el miedo y la vulnerabilidad que entronca con esas “pequeñas historias extraordinarias” de carácter muy humano que Jon Garaño, José Mari Goenaga y Aitor Arregi ya plasmaron en la cruzada del gigante de Handia (2017) o esas mujeres conectadas por un ramo de flores en Loreak (2014).

La Trinchera Infinita : Foto Antonio de la Torre

“El trío Moriarti abandonan los valles de Euskadi para instalar en la Andalucía interior una obra de madurez que engloba los mecanismos del thriller, la pieza de cámara, el melodrama y hasta algún repunte de humor". 

El trío Moriarti abandonan los valles de Euskadi para instalar en la Andalucía interior una obra de madurez que engloba los mecanismos del thriller, la pieza de cámara, el melodrama y hasta algún repunte de humor, en la que confluyen la visceralidad y una exposición sentimental que no está reñida a la ñoñería barata de otras propuestas. Narrada con firmeza durante casi dos horas y sin los simbolismos de otros cronistas como Saura o Ericenarrada, la película huye del maniqueísmo y es capaz de sacar a la luz el egoísmo, la dominancia o la vileza de la víctima. Todo ello con la exquisitez plástica propia de los vascos, en la que el nerviosismo de la cámara en las primeras escenas se transforma a una reposada penumbra con la que estudiar la mirada voyeurística del protagonista encerrado, constituyente de un punto de vista irremediablemente claustrofóbico. La Trinchera Infinita : Foto Antonio de la Torre

Porque La trinchera infinita es también un estudio detallado de los ojos de Antonio de la Torre y su gama de emociones, magníficamente plasmadas en otro tour de force de un intérprete incombustible. A su nivel está una Belén Cuesta fuera de su zona de confort que se destapa como una gran dama dramática, en una faceta más contenida de lo habitual en ella. Dos actores pletóricos para la crónica de un matrimonio a lo largo de tres décadas furtivas, oscuras, silenciosas, pero con un rayo de luz asomando por la claraboya.

La Trinchera Infinita : Foto Antonio de la Torre, Belén Cuesta

En tiempos donde la represión vuelve a hacer acto de presencia en nuestras calles, las exhumaciones de huesos levantan polvareda y ciertas personas desean olvidar “La guerra del abuelo”, es necesario que el cine no le de la espalda, en especial el español, señalado con el falso mito que producen en exceso filmes de la Guerra Civil, cuando las cifras lo desmienten. Resulta imprescindible que las pantallas sigan proyectando la memoria de esas miles de historias extraordinarias para entender la condición humana y evitar avanzar por los mismos derroteros. Y más con filmes tan rotundos como este.

La Trinchera Infinita: El secreto de sus ojos