CRÍTICA DE CINE

Life (Vida): Homenaje al terror espacial

El cine de terror se ha ido reinventando de forma continuada a lo largo de la historia, surgiendo derivaciones para todos los amantes del miedo en las salas. Y es que el medio cinematográfico es verdaderamente capaz de sobrecoger al espectador con el buen uso de sus herramientas: eligiendo lo que se ve y lo que no, y utilizando adecuadamente efectos de sonido y música. 

Ciencia Ficción | 103 min. | USA 2017

Título: Life (Vida)
Título original: Life.
Director: Daniel Espinosa.
Guión: Rhett Reese, Paul Wernick.
Actores: Jake Gyllenhaal, Rebecca Ferguson, Ryan Reynolds, Hiroyuki Sanada.

Estreno en España: 07/04/2017 
Productora: Skydance Productions / Columbia Pictures / Sony Pictures Entertainment (SPE)

Distribuidora: Karma Films.

 

Sinopsis

Seis miembros de la tripulación de la Estación Espacial Internacional que están a punto de lograr uno de los descubrimientos más importantes en la historia humana: la primera evidencia de vida extraterrestre en Marte. A medida que el equipo comienza a investigar y sus métodos tienen consecuencias inesperadas, la forma viviente demostrará ser más inteligente de lo que cualquiera esperaba. 

Crítica

El cine de terror se ha ido reinventando de forma continuada a lo largo de la historia, surgiendo derivaciones para todos los amantes del miedo en las salas. Y es que el medio cinematográfico es verdaderamente capaz de sobrecoger al espectador con el buen uso de sus herramientas: eligiendo lo que se ve y lo que no, y utilizando adecuadamente efectos de sonido y música. Todos estos son elementos manipulados para hacer saltar los resortes emocionales de quien se encuentra frente a la pantalla, y el abanico de sensaciones es tan amplio como el catálogo de emociones humanas.

Encontramos un cine que juega con la tensión continuada y creciente.

Partiendo de aquí, encontramos un cine que juega con la tensión continuada y creciente, y otro más burdo dedicado a esparcir sustos momentáneos por el metraje, usualmente asociados a una subida de volumen exagerada. No, Life no sigue la segunda senda, y escoge el camino marcado por una serie de predecesoras que no sólo marcaron un hito en el género, sino en la historia del cine.

Todo comienza con un alien

Lo desconocido asusta, y pocas cosas hay más desconocidas que el espacio exterior. Life homenajea con maestría un subgénero muy célebre como es el del terror espacial, cuya configuración actual asienta Alien  en 1979. No en vano la película hace una referencia en forma de frase a la obra de Ridley Scott. Sin embargo, aunque es plenamente consciente de la explotación previa de la temática, no se plantea como un esfuerzo de reinvención, como ya hiciera con gran éxito aquella Gravity de Alfonso Cuarón. Life sigue pautas ya testadas al dedillo, con un pulso narrativo firme y una realización que acompaña satisfactoriamente en el viaje.

Cuestión de tiempo

El cine es tiempo, y cada película establece el suyo propio a través de un ritmo que apoya o entorpece la narración. En la actualidad estamos demasiado acostumbrados a los ritmos altos (trasladados de la televisión en el origen de ésta y acrecentados hoy con la era digital y de la inmediatez), y sorprende en este contexto una película que no trata de agobiar al espectador con un montaje acelerado, recortando tiempo de las subtramas que dan vida a la historia.

En Life el ritmo acompaña a la tensión creciente, manteniéndola cuando no parece haber peligro y acelerándose cuando es necesario. Algunas de las escenas más terroríficas se resuelven con un largo plano ante los ojos (quizás entreabiertos) del espectador. 

Por otro lado, se toma también su tiempo para realizar una adecuada presentación de personajes. Éstos no son simples muñecos puestos ahí para morir (o no), sino personas humanas con una historia, configuración y sentimientos. De esta manera se logra una empatía sin la cual la película estaría muerta antes de empezar (como ocurre en muchos otros casos).

Llama la atención, sin embargo, que el personaje del cual se tenga memos información a lo largo del desarrollo sea, precisamente, el del protagonista.  David Jordan, interpretado por Jack Gyllenhaal, se sustenta en un background más bien pobre, y su evolución es muy limitada durante la historia. Esta falta de transformación y empatía con el protagonista supone uno de los grandes lastres de la película. 

El resto de personajes dan más o menos pistas sobre su vida en la tierra y lo que desean recuperar a su vuelta, lo cual, unido a sus convincentes interpretaciones, justifica la constante preocupación del espectador por su éxito.

En definitiva, Life es un producto conscientemente poco novedoso, que centra sus esfuerzos en apuntalar los ejes fundamentales que conmuevan y aterroricen al espectador en lugar de buscar caminos inexplorados (aún) por el género.