CRÍTICA DE SERIE DE TV

Mrs America HBO

Mrs. America (Serie de TV)

Título original
Mrs. America (TV Series)
Año
País
 Estados Unidos
Dirección
Guion
Dahvi Waller
Música
Kris Bowers
Fotografía
Chris Teague
Reparto
Productora
Emitida por FX Network. FX Productions
Género
Serie de TV. Drama | Feminismo. Política. Drama social. Familia
Sinopsis
Phyllis Schlafly (Cate Blanchett) es una política conservadora que se opuso radicalmente a la denominada "Enmienda de Igualdad de Derechos" ("Equal Rights Amendment"), un proyecto de principios de la década de los años 20 que promovía la igualdad de derechos en materia de trabajo, divorcio y propiedad entre hombres y mujeres en Estados Unidos. Schlafly, al igual que otras mujeres de aquella época que se declaraban feministas (Gloria Steinem, Betty Friedan, Shirley Chisholm, Bella Abzug y Jill Ruckelshaus entre otras), consideraban que la Enmienda arrastraría a la mujer a participar forzosamente en el ejército, perdiendo así sus "privilegios" como amas de casa.
 
CRÍTICA DE NURIA VIDAL
En realidad no sé si se puede calificar de nostálgica a esta serie política que aunque está ambientada en Estados Unidos en los años que van de Nixon a Reagan, es absolutamente contemporánea y muy actual. Pero bueno, juguemos a la nostalgia. La nostalgia de una época en la que el feminismo vivía uno de los momentos fundacionales del movimiento con figuras como Gloria Steinem, Betty Friedan, Shirley Chisholm, o Bella Abzug, defensoras y luchadoras en la aprobación de la ERA, la Enmienda de la Igualdad de Derechos. Pero lo mas interesante de Mrs America es que la historia está contada desde otro punto de vista, el de Phillys Schlafly, una furibunda y ultraconservadora ama de casa republicana que se convirtió en la principal opositora de lo que significaba la ERA al frente de un poderoso lobby antifeminista que defendía los derechos de las mujeres de clase media blancas a seguir siendo madres y esposas.
 
Espléndidamente interpretada por Cate Blanchett, la serie se centra en Phillys, una mujer odiosa pero muy inteligente, que se mueve en la enorme contradicción de un discurso de ultra derecha contra la liberación de la mujer y su insaciable deseo de llegar a ocupar un puesto en la Casa Blanca. La nostalgia nos la puede producir la casi ingenua reivindicación feminista por derechos que ahora mismo están bastante consolidados en nuestra sociedad (no en otras, lamentablemente), gracias en gran medida a la lucha de las mujeres de esa generación. Pero la actualidad y vigencia de la historia la sentimos al comprobar que los argumentos del terrible personaje de Phillys en defensa de la familia tradicional, contra el aborto, la homosexualidad y en general contra cualquier reivindicación feminista, vuelven a estar muy presentes, no solo en la política de la América de Trump, sino aquí mismo, en nuestra propia realidad.

Y esto me lleva a hacer una reflexión sobre el tema de las manifestaciones del 8 de marzo. Desde las voces más que reaccionarias y ultraconservadoras de las mujeres de VOX –copias deformadas de la propia Phillys, incluso en su vestuario–, se acusa a la manifestación y al feminismo de ser la causa de la pandemia con argumentos que se desmontan simplemente recordándoles que ese mismo día ellos hicieron un mitin multitudinario. Pero creo que desde el gobierno se han equivocado entrando al trapo del antifeminismo en lugar de reconocer que efectivamente fue un error autorizar no solo las manifestaciones, también los actos políticos o los partidos de fútbol que hubo esos días en toda España. Decirlo ahora, cuando sabemos que quince días después de todo aquello se pasó de 500 casos el 8 de marzo a 9.159 contagios el 26 de marzo, resulta muy fácil.

En todo caso, centrar el tema en el feminismo, tanto para defender el derecho a la manifestación a pesar de lo que se podía imaginar o para atacarlo desde posiciones tan reaccionarias que ni siquiera Phyllis asumiría, es equivocar el debate. El problema fue que en ese momento nadie era consciente de la gravedad de la situación. El desconocimiento por parte del Gobierno de la envergadura de la epidemia y el miedo a provocar un rechazo social si se prohibían las manifestaciones, le hizo permitirlas Y si se permitían las manifestaciones, había que permitir todo lo demás.

Volviendo a Mrs America, es una de esa series que te hacen pensar, te invitan a discutir y te provocan no pocas preguntas de por qué una ideología tan reaccionaria como la del Eagle Forum de Phyllis Schlafly vuelve a estar tan vigente y por qué el feminismo contemporáneo ha evolucionado hacia posturas de una intransigencia que sus antecesoras nunca tuvieron. Vale la pena verla y discutirla.