CRÍTICA DE CINE

Querido Fotogramas: Más cine por favor

Sergio Oksman (O Futebol) dirige este documental para celebrar el 70 aniversario de la revista Fotogramas, en el que participan figuras de cine como Belén Rueda, J. A. Bayona, José Sacristán, Carmen Maura, Ángela Molina, Javier Bardem, Raúl Arévalo, Isabel Coixet, Leonor Watling, además de críticos de cine como Román Gubern o Jaume Figueras.

Documental| 73 min. |España| 2018

Título: Querido Fotogramas.
Título original: Querido Fotogramas. 
Director: Sergio Oksman.
Guión: Sergio Oksman

Intervienen: Maruja Torres, Jaume Figueres, Javier Bardem, Leonor Watling.

Estreno en España: 05/10/2018 
Productora: Cine365 Films / Corte y Confección de Películas / DZ Largometrajes y Audiovisuales / Virtual Contenidos

Distribuidora: A Contracorriente Films.

Sinopsis

La película toma como punto de partida el 70 aniversario de la icónica revista de cine Fotogramas, la más antigua de nuestro país, cuyo hilo conductor son las cartas que los lectores enviaban al consultorio de Mr. Belvedere. A través de la lectura de las cartas más representativas recibidas en la redacción a lo largo de estas siete décadas, se homenajea al cine, a los lectores y al periodismo. 

Crítica

Es complicado opinar desde la objetividad cuando se tiene una relación emocional con el elemento principal tratado en este documental (quien esto suscribe se compra todas las revistas nacionales del sector que salen al mercado). Uno lleva comprando el Fotogramas desde que tiene uso de razón (mejor dicho desde que tiene uso del dinero), y son tantas las jornadas dedicadas a navegar entre sus innumerables secciones que no te queda más remedio que soltar una lagrimilla cuando aparecen ante la cámara aquellos que garantizaron tu felicidad durante tanto tiempo.

Como en toda relación sincera que se precie, durante todo este tiempo de lectura cinéfila ha habido buenos y malos momentos: entre los primeros el descubrimiento de un tipo de cine que aquí no se consumía y entre los segundos algunos tratamientos demasiado superficiales y por supuesto ese último giro de guion que ha llevado a los responsables editoriales a aniquilar a todo el mítico equipo de redacción de Barcelona que fundaron y desarrollaron la revista desde sus inicios. Aunque el pasado haya sido glorioso, el presente sea una incógnita y el futuro le tenga reservado un lógico final ante la dictadura tecnológica (es muy difícil ver a alguien menor de treinta años leyendo la publicación en papel) hay que tener muy en cuenta lo que los responsables han trabajado para sacar adelante su producto en un mercado cada vez más competitivo.

Ciñéndonos ya al documental en sí hay que afirmar que su hora escasa de metraje se mueve de manera inteligente entre la melancolía de los profesionales que trabajaron en la revista y la alegría de todos aquellos artistas que se valieron de ella para iniciar y posteriormente cimentar sus respectivas carreras. Verse en la portada o en alguno de los jugosos reportajes que aparecían en apartados como el calendario, rodajes, consultorio o críticas era motivo de orgullo y satisfacción para todo aquel que buscaba abrirse un hueco en el mundillo cinematográfico patrio (no sabemos la opinión de los entrevistados si hacían lo propio cuando se les criticaba una mala actuación o salían en la tórrida página dedicada a despelotes varios). 

Entre actores, escritores y directores priman más las notas de admiración hacia una herramienta de la que desconocían su funcionamiento interno aunque fueran fijos de las numerosas fiestas y encuentros propiciados entre la flor y nata de la burguesía cultural barcelonesa. En ese sentido hay que señalar la claridad y nitidez con la que los distintos intérpretes (Javier Bardem, Anabel Alonso, José Sacristán, Leonor watling…) leen las misivas dirigidas al legendario consultorio de Mr. Belvedere: pastores que matan las horas junto al rebaño, artistas frustrados, entusiastas de juzgar lo divino y humano, jóvenes efervescentes que no dudan en pedir que se publiquen fotos picaronas de sus mitos sexuales en pantalla enviaban sus mensajes esperando una pronta respuesta de la Elena Francis del cine. 

Hoy en día existen multitud de publicaciones dedicadas a noticiar todo lo que tiene que ver con el universo del celuloide, pero no se puede negar que hubo una época donde la evasión ante la cruda realidad era tan necesaria como el aire viciado que se respiraba, y en ese sentido Fotogramas actuó como elemento ilusionante esencial que catapultaba a sus lectores a la Babilonia hollywoodiense más ansiada. Los responsables de dar cuerpo a ese Shangri-La (Maruja Torres, Jaume Figueres, Pere Vall, Elisenda Nadal…) no dudan a la hora de reivindicar unas formas de trabajo donde primaba más el colaboracionismo que el aislamiento. Entonces se estilaban las reuniones con vermut de por medio donde se deshuesaba la actualidad y ahora cada articulista se refugia en su cubil delante del ordenador sin que medie tertulia alguna. 

Vale la pena acercarse a este valioso documento de bustos parlantes dirigido por Sergio Oksman donde se mezclan de manera certera las ocurrencias y las anécdotas. Ojalá vean la luz otros trabajos de esta índole donde se muestren los entresijos que normalmente quedan vetados a todo el que es ajeno a lo que se mueve entre bambalinas.