CRÍTICA DE CINE

Revenge: Corre, macho, corre

1797736.jpg-r_1920_1080-f_jpg-q_x-xxyxx

Revenge está escrita y dirigida por Coraile Fargeat (Reality+) siendo el primer largometraje de la directora francesa. El reparto lo forman Matilda Anna Ingrid Lutz (Rings), Kevin Janssens (D´Ardennen), Vincent Columbe (Cuenta atrás) y Guillaume Bouchede (Mañana empieza todo).

Thriller | 108 min. |Francia| 2017

Título: Revenge.
Título original: Revenge.
Director: Coraile Fargeat.
Guión: Coralie Fargeat.

Intérpretes: Matilda Anna Ingrid, Kevin Janssens, Vincent Columbe, Guillaume Bouchede.

Estreno en España: 24/08/2018 
Productora: M.E.S. Productions / Monkey Pack Films / Logical Pictures / Charades.

Distribuidora: A Contracorriente Films.

 

Sinopsis

Richard, un adinerado hombre de negocios, lleva a su atractiva amante Jen al encuentro anual de caza en el desierto que tiene con dos amigos. Pero ella no pasa desapercibida a los ojos de sus compañeros y, pronto, la situación se complica para la joven… Sin embargo, tras ser dada por muerta tras complicarse las cosas, Jen regresará para convertir este juego en una sangrienta venganza. 

Crítica

La historia es bien sencilla. Jennifer, una joven bellísima y curvilínea, es la amante de un hombre casado y millonario, que la lleva a su cita anual con otros amigos para ir de caza. Por supuesto, los dos hombres no pueden resistirse a los encantos de Jen y la muchacha terminará siendo víctima de una violación. Los tres amigos intentarán acallarla y, después de un forcejeo en un barranco, la dan por muerta. Pero Jen no ha muerto, y buscará una venganza descarnada contra el grupo de amigos.

Ya desde su primario título, la directora y guionista debutante Coralie Fargeat, pretende que su filme no destaque por la innovación de sus ideas argumentales. 

Ya desde su primario título, la directora y guionista debutante Coralie Fargeat, pretende que su filme no destaque por la innovación de sus ideas argumentales. Más bien apuesta por la repetición de un enunciado visto una y mil veces, el de una venganza después de una resurrección, para perpetrar un despliegue estético insólito para una opera prima. No en vano ganó el pasado año el premio a la mejor dirección y dirección novel en el Festival de cine de Sitges.

Fargeat no se preocupa por la credibilidad de las situaciones o de los personajes y sabe que para poder apreciar su propuesta uno debe saltar la  barrera de la verosimilitud en un acto de fe propio del cine fantástico. Pero una vez superado el límite de lo (im)posible, desarrollado en la primera parte de la cinta, Fargeat convierte la cinta en todo un festín paroxístico confiadísimo y emocionante en el que no es posible apartar los ojos de la pantalla aunque se nos muestren imágenes de alta repugnancia.

A partir de la anunciada resurrección de la protagonista, se centra en construir un poderosísimo tour de force por capítulos y secuencias que hará las delicias del aficionado al cine de género. De una crudeza descarnada, la obra se va revelando como un ejercicio ultraestilizado, deliberadamente sucio, y hasta grandguignolesco, que se ríe de los estereotipos y de sus caracteres.

Pero, aún así, Barbier no consigue mantener la tensión y le queda una película que peca de longitud –para lo que cuenta, de la vida de Gary se podría mostrar horas y horas-, y también de un ritmo irregular, lastrado por una aburrida linealidad temporal que la convierte en rutinaria a más no poder. Su mayor defecto es, precisamente, hacer de una vida extraordinaria y bohemia una película normal y corriente, anclada en una pulcritud académica que no molesta, pero tampoco destaca.

​Únicamente son Pierre Niney y Charlotte Gainsbourg –esta en algún momento algo cargante- los que le insuflan algo de carisma a una cinta sumamente respetuosa con la figura de Gary. Una oda a una figura ilustre con la habitual corrección del buen savoir-faire francés. Lástima, pero, que la oda sea a su vida, y no a su obra, la cual resulta tan invisibilizada en el film como el nombre de Gary cuando ganó su segundo Premio Goncourt –hecho insólito- bajo el pseudónimo de Émile Ajar.