CRÍTICA DE CINE

Todo Ha Ido Bien: El plácido final

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Todo ha ido bien

Próximos estrenos España 28 de enero

Título original

Tout s'est bien passé
Año
Duración
113 min.
País
 Francia
Dirección

François Ozon

Guion

François Ozon. Novela: Emmanuèle Bernheim

Fotografía

Hichame Alaouié

Reparto

Sophie MarceauAndré DussollierGeraldine PailhasHanna SchygullaCharlotte RamplingGrégory GadeboisEric CaravacaJacques NolotLaetitia ClémentJudith Magre

Productora

Mandarin Production

Género
Drama | FamiliaVejez / Madurez
Sinopsis
Emmanuèle, una novelista con una vida privada y profesional plena, se precipita al hospital al enterarse de que su padre, André, acaba de tener un accidente cerebrovascular. Cuando se despierta, debilitado y dependiente, este hombre, curioso por naturaleza y amante apasionado de la vida, le pide a su hija que le ayude.
 
CRÍTICA

François Ozon ha devenido una figura imprescindible de la cinematografía gala contemporánea por, más allá de su hiperactividad, la capacidad que posee de hilvanar cuestiones trascendentes e historias intrigantes con las que atrapar al espectador. En su amplia producción donde ha demostrado su versatilidad en varios géneros -fue de los primeros en resucitar el musical con 8 mujeres (2002)-, unas cuantas de sus obras abordan directamente problemáticas sociales cotidianas como la pedofilia en la iglesia (Gracias a Dios, 2019), la prostitución juvenil (Joven y bonita, 2013) o la identidad sexual (Una nueva amiga, 2014), grupo al que se suma esta Todo ha ido bien donde sitúa en el eje central la polémica de la eutanasia.

Basándose en el libro homónimo autobiográfico de la fallecida Emmanuèle Bernheim –quien colaboró en varios guiones del cineasta durante la década de los 2000-, Ozon expone el viacrucis legal y, sobre todo, personal de unas hijas que deben ayudar a encontrar una salida digna para su padre, víctima de un ataque cerebrovascular.

Lo hace de un modo sosegado y calmado, sin dejarse llevar por el sensacionalismo ni efectistas aspavientos, pero con cierta valentía en su discurso al proponer un alegato que explora algunas de sus vertientes. Como ya hizo en El tiempo que queda (2005) o la reciente Verano del 85 (2020), la película mira de frente a la muerte en una confluencia de dureza y apaciguamiento, tratándola como un aspecto doloroso pero inevitable en su naturaleza, a la que es imposible sortear, pero sí evitar que nos domine.

La apuesta por la contención es un acierto al no pretende hacer llorar al espectador a toda costa con trucos sentimentalistas, sino lograrlo por medio del reposo y el fuego lento, ayudado por un reparto excelente donde sobresale Sophie Marceau, en plena madurez interpretativa, y un perfecto André Dussollier –abusivo y tierno a partes iguales-.

Empezando con una media hora de arranque flojo y perdido, la película va in crescendo hasta culminar en un coherente desenlace adecuadamente cocido. En medio, pero, Ozon introduce algunos flashbacks de niñez que juegan menos de lo deseado y no toman la determinación necesaria para resultar un elemento clave, quedándose en breves apuntes prescindibles.

Relatada desde la sencillez y el realismo, con una puesta en escena que no se pone en ningún momento por delante porque a Ozon lo que le interesa es que predomine el mensaje de su tesis, Todo ha ido bien es un buen exponente de cine adulto que salpica el presente sin renunciar a la conmoción dramática, como nos suele acostumbrar el francés.