CRÍTICA DE CINE

Última Noche En El Soho: Los hombres que no amaban a las mujeres

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Última noche en el Soho

Cartelera España 19 de noviembre  

Título original

Last Night in Soho
Año
Duración
118 min.
País
 Reino Unido
Dirección

Edgar Wright

Guion

Krysty Wilson-Cairns, Edgar Wright

Música

Steven Price

Fotografía

Chung Chung-hoon

Reparto

Thomasin McKenzieAnya Taylor-JoyMatt SmithTerence StampDiana RiggRita TushinghamSynnove KarlsenJoakim SkarliAndrew BicknellColin MaceMichael AjaoWill RogersWill Rowlands, ver 10 más

Productora
Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; 

Complete Fiction, Focus Features, Film4 Productions, Working Title Films

Género
ThrillerFantástico | Thriller psicológicoViajes en el tiempoModa
Sinopsis
Thriller psicológico sobre una joven apasionada por la moda que misteriosamente puede entrar en la década de 1960, donde se encuentra con su ídolo, un atractivo aspirante a cantante. Pero el Londres de los sesenta no es lo que parece, y el tiempo comenzará a desmoronarse con sombrías consecuencias.
 
CRÍTICA

El cine de Edgar Wright siempre ha tenido la virtud de revivir (sub)géneros marcados y adaptarlos a las necesidades contemporáneas, cargándolos de una cinefilia impresionante sin perder el espíritu de entretenimiento que contente al público masivo. En esta ocasión, el británico deja de lado el tono jocoso de su filmografía previa –pero no se asusten, los apuntes de humor siguen haciendo acto de presencia-, para avanzar hacia un mundo más oscuro y sórdido. Última noche en el Soho plantea un literal juego de espejos entre un presente gentrificado en el que la joven Eloise, nostálgica pueblerina de Cornualles, llega al barrio para cumplir su sueño de estudiar moda; y un pasado ambientado en el swinging London de los 60 donde Sandie sueña con convertirse en cantante.

Wright pone su pastiche de color, dinámico montaje y explosión pop al servicio de un thriller que invoca al giallo de Dario Argento, la amenaza en la ciudad del Frenesí (1972) de Alfred Hitchcock o el desdoblamiento corporal de Brian de Palma, para devenir un alegato de empoderamiento y repulsa a la explotación femenina por parte del patriarcado más ruin y denigrante. Un discurso loable y bienintencionado al que le falta contundencia en el segmento actual –pocos dejes machistas sufre Eloise-, y firmeza en su apuesta por la sororidad, la cual llega un poco tarde en el clímax de esta fantasmagoría perversamente espectacular a la que también está convocada la irregularidad en el tramo central.

Todas las faltas que Última noche en el Soho pueda cometer quedan redimidas por las altas cotas a las que llega –ese baile plagado de transiciones es una obra de arte-; una selección musical de quitar el hipo; una excelente Thomasin McKenzie mostrando otras facetas de las que es capaz como actriz junto a una arrebatadora Anya Taylor-Joy, que firma un Dowtown para la posteridad; y por suponer un decente testamento cinematográfico para Diana Rigg en un rol secundario imprescindible. Una película sobre sueños que se deben sobreponer a los peligros que provoca el hombre, cuya cierta aura onírica transporta a un tiempo y lugar aparentemente ideales que en su cara B son una pesadilla.

Un cuestionamiento moral sobre el papel último de la mujer en su defensa llevado hasta las últimas consecuencias narrado con brío, exceso y que prueba por qué Edgar Wright sigue siendo una figura por la que bajar al centro de la ciudad para evadirse de la realidad, aunque esta subyazca en el seno de sus temáticas.