CRÍTICA DE CINE

Wildland: Viviendo con lobos

Wildland

Próximos estrenos España 23 de abril

Título original

Kød & Blod
Año
Duración
88 min.
País
 Dinamarca
Dirección

Jeanette Nordahl

Guion

Ingeborg Topsøe

Música

Puce Mary

Fotografía

David Gallego

Reparto

Sandra Guldberg KamppSidse Babett KnudsenJoachim FjelstrupElliott Crosset HoveCarla Philip RøderBesir ZeciriHenrik Vestergaard NielsenSofie TorpOmar ShargawiBenjamin KitterMaria Esther LemvighMarie Knudsen FoghFrida Sejersen

Productora

Snowglobe Films, Radio (DR), Det Danske Filminstitut, Filminstitut FilmFyn

Género
ThrillerDrama | CrimenFamilia
Sinopsis
Ida se muda con su tía y sus primos después de la trágica muerte de su madre en un accidente automovilístico. El hogar está lleno de amor, pero de puertas afuera la familia lleva una vida violenta y criminal.
 
CRÍTICA DE ÁLVARO DIONISIO

Wildland nos traslada a Dinamarca para que seamos testigos del inesperado giro en la vida de una adolescente, Ida (Sandra Guldberg Kampp). Dirigida por Jeanette Nordalh, este thriller danés nos muestra cómo la protagonista, tras perder a su madre alcohólica en un accidente de tráfico, se ve obligada a vivir con su tía y sus primos, a los que jamás ha visto. Llegará a la casa y se encontrará con una familia llena de amor, pero poco a poco irá descubriendo que se encuentra rodeada de criminales. Ida, entonces, tendrá que decidir si quiere mantenerse al margen, como una vez hizo su madre o si quiere ser una más en su nueva familia, una manada de lobos.

Algo que hace muy bien Wildland es crear y mantener el ambiente de un film de absoluto terror. La clave está en que el espectador verá y oirá poco, pero se le insinuará indirectamente mucho. Esto genera una curiosidad inevitable en el público, que cree que ha sucedido algo grave, pero que no está seguro porque no lo ha visto en primer plano.

Todo juega a favor de construir una atmósfera de tensión, misterio e incomodidad que funciona muy bien, especialmente durante los primeros 45 minutos. Efectos de sonido angustiantes, una interpretación brillante por parte de los actores de la familia y, concretamente, los planos indirectos, escenas en las que la cámara se centra en un punto cualquiera y no en el foco de importancia del momento, impidiendo que el espectador vea lo que le gustaría ver. Estos planos, como cuando el primo Mads está haciendo boxeo y la cámara no muestra su rostro sino sus puños y pectorales, o como cuando el primo David asesina a cierta persona y el plano no muestra la muerte sino la reacción de Ida, funcionan increíblemente bien.

El guión es, también, uno de los grandes aciertos de Wildland. La familia no esconde su oscura naturaleza frente a Ida porque no la ven como una amenaza. En todo momento se siente que la familia controla la situación, lo que sitúa a Ida como una mera espectadora en una posición débil. Ida vivirá los mejores momentos de su adolescencia con sus primos, pero también terribles pesadillas. Por ello, la protagonista experimenta un sólido vaivén entre la pertenencia a una familia cariñosa y el terror que siente ante los criminales pervertidos con mal temperamento que la conforman.

Aunque el arco secundario de Ida con Anne, la novia de David, se desarrolla de una forma un tanto extraña y se convierte, repentinamente, en el arco principal al final del film, y a pesar de que el ritmo de Wildland es el de una montaña rusa, pues los 45 primeros minutos son amenazantes, la segunda mitad pierde fuerzas y las últimas escenas son, de nuevo, frenéticas, Wildland nos muestra que los lobos te darán la bienvenida, pero  que, si les coges del brazo cuando te den la mano, usarán sus afilados colmillos.