viernes. 29.03.2024
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Crónica del 26 Festival de Cine de Málaga

 

Esta semana ha tenido lugar el Festival de Cine de Málaga, donde hemos podido disfrutar de una amplia programación de más de 200 producciones abarcando desde largometrajes de ficción hasta documentales, cortometrajes o series de TV. El festival, que este año ha cumplido su vigésima sexta edición, es ya un referente a nivel nacional e internacional en la difusión y promoción de la industria audiovisual española y latinoamericana, gracias a su comprometida labor cultural.

Durante estos días, además de la proyección de las películas seleccionadas, se han llevado a cabo actividades paralelas de distinta índole como conciertos, exposiciones, presentaciones de libros, mesas redondas, masterclass y entregas de premios. Como viene siendo costumbre desde hace tiempo, el Teatro Cervantes y el cine Albéniz han sido los principales lugares elegidos para el desarrollo del festival, sin olvidar al Teatro Echegaray, al Soho CaixaBank, al Auditorio Museo Picasso, al Centro Cultural provincial María Victoria Atencia y al Rectorado de la UMA, que también han acogido algunas de las actividades anteriormente mencionadas.

Alguien que cuide de mí, dirigida por Elvira Lindo y Daniela Fejerman, era la película encargada de inaugurar esta nueva edición el pasado viernes 10 de marzo. En ella Nora, una joven actriz con un futuro prometedor, intenta conciliar su vida personal y profesional sin depender de su madre y su abuela, también actrices. Sin embargo, la culpa, los errores del pasado, los celos y una inesperada enfermedad complicarán la frágil situación en la que se encuentra.

Tras el visionado de la película, el equipo, compuesto por directoras, actrices y productor, hizo acto de presencia para charlar y responder preguntas de la prensa y del público. Alguien que cuide de mí era uno de los veintidós largometrajes enmarcados en la Sección Oficial del festival, aunque fuera de concurso. Por otro lado, ese mismo día se presentaba desde Costa Rica la primera proyección oficial, en la Sección Zonazine: El año que nací, ópera prima de Daniel González-Muniz y Alberto Amieva Leyva, una devastadora historia que aborda las relaciones paternofiliales desde una estética incómoda y tensa. Rodada en blanco y negro y con unos planos secuencia muy arriesgados, la película engaña al espectador, que no sabe si está ante una ficción o un documental.

Por la noche tenía lugar en el Teatro Cervantes la gala inaugural del festival, presentada por la periodista Elena Sánchez y la actriz Marta Hazas. Asimismo, se hacía entrega de la Biznaga Ciudad del Paraíso a Raphael, por su trayectoria como actor, y, a lo largo de la ceremonia, actuaron en directo Vanesa Martín, Miguel Poveda, Natalia Lacunza y Diana Navarro. Tras la finalización de la gala, los asistentes pudieron disfrutar de Alguien que cuide de mí, la película de inauguración.

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El primer fin de semana empezaba fuerte con el visionado de Matria, ópera prima de Álvaro Gago basada en su cortometraje homónimo de 2017 por el que recibió la nominación al Goya a mejor cortometraje, una preciosa película protagonizada por la maravillosa María Vázquez —ganadora de la Biznaga de Plata “Hotel AC Málaga Palacio” a la mejor interpretación femenina— que reivindica el papel de la mujer obrera en la sociedad. Ya el propio título es una auténtica declaración de intenciones por parte del director, porque en la película se desmonta el falso mito del matriarcado gallego.

Tras su paso por la Berlinale, Matria no ha dejado a nadie indiferente. En la Sección Zonazine se estrenaba Matar cangrejos del canario Omar Al Abdul Razzak. Ambientada en los años 90, la cinta cuenta la historia de Rayco, un niño de ocho años, y de su hermana mayor Paula, que pasan el tiempo en Tenerife mientras esperan la llegada de Michael Jackson a la ciudad. Pero su madre se queda embarazada y sus vidas podrían cambiar antes de que el cantante llegue a la isla. Por otro lado, también a concurso, se presentaba Tregua(s) de Mario Hernández, que sigue los pasos de Ara y Edu, amantes desde hace años que, a pesar de tener relaciones serias con otras personas, vuelven a verse después de un festival de cine. Ni siquiera esta breve tregua les permite escapar de su vida real.

El domingo se proyectaba en el cine Albéniz Els Encantats de Elena Trapé, protagonizada por la recién ganadora del Goya, Laia Costa. En ella se cuenta la historia de Irene que, tras separarse de su marido, se enfrenta por primera vez a la ausencia de su hija pequeña. Así, decide viajar al pirineo catalán, donde tiene una casa que trae consigo viejos recuerdos y nuevas sensaciones que la acabarán forzando a dejar de huir para enfrentarse a sus miedos. Además, Haroldo Borges y su Saudade fez morada aquí dentro presentaban al público la historia de un joven sin padre al que le detectan una enfermedad ocular degenerativa que, poco a poco, lo dejará ciego.

A medida que su visión se deteriora, y atraviesa la confusión de un primer amor no correspondido, tendrá que aprender cómo ver la vida con otros ojos. Por la noche, en el Teatro Cervantes, la actriz Blanca Portillo recogía el Premio Málaga-Sur, por su larga trayectoria cinematográfica. Esa misma mañana, descubría el monolito en el paseo Antonio Banderas en su honor. Una placa conmemorativa dedicada a una de las actrices más prolíficas del cine español.

El lunes 13 empezaba la jornada con la última película de Silvia Munt, Las buenas compañías, donde su protagonista Bea se suma a los aires de cambio que recorre el país tras la muerte del dictador colaborando con un grupo de mujeres para visibilizar la causa feminista y ayudar a abortar legalmente en condiciones dignas. La rebeldía que siente se mezclará con un sentimiento nuevo e inesperado: se enamora de una chica mayor y de buena familia. Lo que no sospecha es que esta chica guarda un secreto que obligará a Bea a adentrarse sin tapujos en el doloroso mundo de los adultos.

En cuanto a la Sección Animazine, se presentaron un total de diez cortos: Chimborazo de Keila Cepeda Satán, Ashkasha de Lara Maltz, El matí del señor Xifró de Anna Solanas y Marc Riba (presentado anteriormente en la pasada edición del Fancine de Málaga), Bonjour Douala de José Ramón Bas, Diari d’un operador cinematogrèfic de Daní Seguí Florit, Txotxongiloa de Sonia Estévez Fernández, Amanece la noche más larga de Lorena Ares y Carlos F. De Vigo (también presentado anteriormente en la pasada edición del Fancine de Málaga), 1996 de Ramón Mascaros, El corrió junto a su camarada de Genís Rigol Alzola, y Bottle Rocket Pluto de Jaime de la Hoz. Volviendo a la Sección Oficial se presentaba Zapatos rojos del mexicano Carlos Eichelmann Kaiser, una durísima historia de redención en la que Artemio, un viejo granjero que vive en un pueblo perdido, debe partir a la capital para enterrar a una hija con la que llevaba años sin hablar. La hostilidad de la gran ciudad se ceban con la inocencia de un padre que solo quiere volver atrás en el tiempo.

Al día siguiente aterrizaba en Málaga, tras su paso por la Berlinale, Sica, el primer largometraje de ficción de Carla Subirana que, hasta entonces, se había dedicado al documental y al cortometraje. Sica está obsesionada con que el mar devuelva el cuerpo de su padres después de un naufragio en la Costa da Morte de Galicia. En su investigación del accidente se adentra en un viaje doloroso de descubrimiento. A sus ojos, el pueblo marinero donde ella ha crecido, marcado por la brutalidad del océano, y el creciente desequilibrio de la naturaleza, ya nunca volverá a ser lo que era.

Por la tarde, el cine argentino se convertía en protagonista con Desperté con un sueño de Pablo Solarz. Felipe, el protagonista de esta historia, pasa los días andando en bicicleta con sus amigos por las calles vacías y yendo a clases de teatro a espaldas de su madre. Su pasión es tal que, ante la oportunidad de audicionar para una película, se escapa a la capital donde se reencuentra con su abuela paterna a quien no ve desde la muerte de su padre. Este reencuentro da a Felipe la oportunidad de unir las piezas que faltan de su pasado y reafirmar quién quiere ser.

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El miércoles 15, la jornada empezaba con la proyección de Unicorns de Álex Lora, protagonizada por Greta Fernández y Elena Martín. Isa lo tiene todo: es guapa, inteligente, segura de sí misma… ¡y poliamorosa! Cuando Guillem le propone ser una pareja monógama, ella no está segura de querer cambiar su vida y, ante su falta de decisión, él termina la relación. Viviendo en un mundo de apariencias y comodidades, sus contradicciones salen a la luz y su universo se va desmoronando a golpe de likes y juicios morales en esta telaraña en la que se han convertido las redes sociales. A continuación se presentaba El fantástico caso del Golem de Juan González y Fernando Martínez, una película tan absurda como estéticamente cuidada. Tras una noche de fiesta, David se precipita borracho desde una terraza ante la mirada de su amigo Juan. El cuerpo de David impacta contra un coche rompiéndose (literalmente) en mil pedazos. Como nadie parece escandalizarse, Juan se propone descubrir qué ha pasado.

Y así, se ve inmerso en un laberinto de incongruencias y pianos que caen del cielo. Más tarde, daba comienzo la proyección de Las hijas de Kattia G. Zúñiga, ganadora de la Biznaga de Oro a la mejor película iberoamericana. Aquí se cuenta la historia de Marina y Luna, dos hermanas que viajan de Costa Rica a Panamá para buscar a su padre ausente. Mientras lidian con los roces que surgen entre ellas, encuentran el espacio para explorar sus deseos, nuevas amistades, amores y skate, en un viaje hacia la emancipación en el que aprenderán la virtud de pasar el rato. Una película íntima y tierna de hermandad en el trópico urbano, un retrato profundo de la colorida vida adolescente.

Entrando en la recta final de la 26 edición del Festival de Cine de Málaga, el jueves se proyectaba a primera hora de la mañana La pecera de la puertorriqueña Glorimar Marrero. En esta película, Noelia, la protagonista, decide regresar a su Vieques natal y reclamar su libertad para decidir su propio destino. Se reencuentra con sus amigos y familiares que siguen lidiando con la contaminación de la Marina estadounidense tras sesenta años de prácticas militares. Después se presentaba 20000 especies de abejas, que venía de triunfar en la Berlinale, donde una pequeñísima Sofía Otero se alzaba con el Oso de Plata a la mejor interpretación.

Y es que en Málaga tampoco se fueron con las manos vacías pues se llevaron la ansiada Biznaga de Oro a la mejor película española y la Biznaga de Plata a la mejor interpretación femenina de reparto para Patricia López. Una película muy necesaria sobre las infancias trans, las familias de estos menores que, al igual que ellos, pasan por otra transición paralelamente, y la libertad de la autodeterminación de género. Al mismo tiempo, sirve de retrato de tres generaciones de mujeres muy distintas que se ven obligadas a enfrentarse a sus dudas y miedos.

Por la tarde, La desconocida de Pablo Maqueda sorprendía a su público con los giros de guion de la narración. Carolina, una joven ingenua y encantadora, conoce a Leonardo a través de un chat. Él es un hombre adulto que se ha hecho pasar por un adolescente y, engañándola, ha conseguido quedar con ella en un apartado parque de la ciudad. Pero a medida que Leonardo conoce a Carolina empieza a sospechar que quizá no es tan inocente e inofensiva como aparenta ser.

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Abriendo el fin de semana, Matías Bize presentaba El castigo, ganadora de la Biznaga de Plata a la mejor dirección. Una angustiosa película rodada en plano secuencia en la que Ana y Mateo buscan a su hijo después de haberlo dejado unos minutos solo como castigo por portarse mal. Esta búsqueda desesperada tiene como escenario un bosque y una carretera y se desarrolla en tiempo real. En 80 minutos, la pareja tendrá que enfrentarse al miedo, a la culpa, a la fragilidad de su unión y a la más dura de las revelaciones: una parte de Ana espera no encontrar a su hijo porque no ha sido feliz desde que nació. Y de película angustiosa a película angustiosa porque me toca, esta vez Upon Entry de Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vásquez. Diego y Elena se mudan de Barcelona a Estados Unidos para empezar una nueva vida gracias a un sorteo en el que ella ha resultado ganadora.

Pero al desembarcar y entrar en la zona de inmigración del aeropuerto de Nueva York, son conducidos a la sala de inspección secundaria, donde dos agentes fronterizos les cometen a un proceso de inspección y a un extenuante interrogatorio, en un intento de descubrir si la pareja tiene algo que ocultar. Por la tarde se proyectaba La última noche de Sandra M. de Borja de la Vega, en la Sección Zonazine. Este “biopic” es una interpretación de lo que pudo pasarle a la jovencísima actriz Sandra Mozarowsy, conocida en nuestro país por hacer cine de destape en los años 70. Pero ella aspiraba a ser algo más, una actriz seria e importante. Durante una calurosa tarde de agosto, sola y angustiada por un embarazo no deseado, intenta decidir su futuro, entre improbables planes de viaje y sus aspiraciones de gran actriz. El desenlace de la película, incluso para quien conoce la historia real, es un misterio que, actualmente, sigue sin resolverse.

Finalmente, el sábado 18 de marzo, tenía lugar la proyección de la película de clausura del festival: Como Dios manda de la malagueña Paz Jiménez, una comedia familiar. Andrés es un funcionario de Hacienda que se considera a sí mismo “una persona como Dios manda” y da por sentado que todo responde a un orden natural, jerárquico e inamovible. Tras un desafortunado enfrentamiento con una compañera de trabajo, es sancionado y trasladado a Igualdad, donde todo es nuevo para él. Allí tendrá que ponerse al día para poder adaptarse a ese nuevo orden de las cosas. Tras la proyección del largometraje, se procedía a la lectura del palmarés completo y a la entrega de algunos de los premios. Esa misma noche se celebraba en el Teatro Cervantes la gala de clausura donde Darío Grandinetti y Mónica Carrillo hacían de maestros de ceremonia y entregaban las Biznagas a sus ganadores y ganadoras. Se terminaba así una edición llena de buen cine y de grandes talentos emergentes y consolidados en nuestro panorama audiovisual, que es amplio y muy valioso.

Crónica del 26 Festival de Cine de Málaga