SEFF - DÍA 6

Nuestra jornada más corta nos depara dos de las películas más interesantes y estimulantes del festival.

CRÓNICA DE MIGUEL ÁNGEL TORRES PONCE

Ya hemos pasado el ecuador del festival y por los pasillos ya se pueden escuchar algunas quinielas para los premiados del sábado a pesar de que aún nos queda festival y estrenos que a priori pueden arrebatar no pocos premios.
De hecho, y esperamos que así sea, el premio a Mejor Actor de la Sección Oficial debería ser para todo el elenco masculino protagonista de February, interpretando al mismo personaje en tres momentos cruciales de su vida: la infancia, el servicio militar y la vejez, con una veracidad en sus miradas y gestos que hacen empatizar con ellos e interesarnos por los sucesos que viven a pesar de la dureza de algunos ellos
 

Y es que la película de Kamen Kalev posee una poesía inusitada en el cine para los tiempos que corren de superproducciones que apenas dejan pestañear y respirar la mirada de los espectadores o autores que malentienden el concepto de poesía cinematográfica y entregan más bien productos edulcorados o directamente bochornosos o pedantes. No es así en este maravilloso filme donde el director entiende perfectamente la comunión entre las imágenes y el sonido con unos elementos mínimos en su puesta en escena.

También con una puesta en escena mínima y recurriendo a imágenes de archivo para completar su historia, nos encontramos Nación de Margarita Ledo, documental sobre las trabajadoras de la fábrica de cerámica Pontesa de las que ya oimos hablar en nuestra primera jornada del festival en El Año del Descubrimiento, de la que este filme podría ser un estupendo complemento para vislumbrar aún mejor los enormes problemas industriales a los que casi toda España se enfrentaba en los años 90 mientras el gobierno tenía un ojo puesto en las Olimpiadas de Barcelona y otro en la Expo de Sevilla.
 

Sin embargo Ledo prefiere centrarse en las historias de todas estas trabajadoras y las muchas penurias y abusos que tuvieron que sufrir para mantener a sus familias y lo hace dándoles voz a todas ellas en la figura de una actriz que irá relatando sus vidas a la vez que surgen pequeñas dramatizaciones las cuales nos suponen lo menos interesante de todo el relato.
Nos quedamos eso sí con un plano encadenado de una fotografía de las trabajadoras de la fábrica con un plano similar de las trabajadoras de la actualidad. Todo dicho con tan poco. La lucha obrera continúa para ellas.