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“Spy Wars”: la serie de HISTORIA pone al descubierto el mundo del espionaje (INCLUYE TRÁILER)

El mundo de los espías para el gran público siempre ha estado representado por el glamour, viajes a lugares exóticos, chicas despampanantes y gadgets imposibles. La ficción ha influido sobremanera en la visión que se ha tenido sobre los espías durante años, pero nada más lejos de la realidad. En el mundo real, no existe James Bond, ni Emma Peel ni tampoco Ethan Hunt. Y tal como nos muestra “Spy Wars”, la serie de Canal Historia, la realidad es mucho más cruda y nada glamurosa.

El pasado lunes 13 de enero, Canal Historia estrenaba “Spy Wars”, una innovadora y reveladora serie de ocho episodios (dos a la semana) en la que el actor Damian Lewis (sí, Nicholas Brody en “Homeland”), nos conduce a través de algunas de las operaciones de espionaje internacional más apasionantes e importantes de los últimos cuarenta años.

“Spy Wars” es una serie documental que, a través de testimonios y dramatizaciones, aborda entre otros temas, el intercambio de espías más célebre de los últimos tiempos, la producción de películas falsas o los perfiles de los agentes dobles más hábiles y letales del mundo. Como novedad en el género, la serie se centra en muchas de las megaoperaciones más críticas y notables que han definido la guerra de inteligencia a lo largo de nuestra historia reciente.

En los dos primeros episodios (disponibles en video bajo demanda), la serie nos presenta a dos espías muy diferentes, que trabajaron para bandos diferentes y que tuvieron influencia decisiva en los sucesos históricos que desembocaron en la caída del Telón de Acero. En el primer episodio, conocemos a Vladimir Vetov, agente del KGB que durante años entregó información clave de las operaciones soviéticas a los servicios secretos franceses. Vetov formaba parte de Línea X, el grupo especial organizado por el KGB para conseguir secretos industriales y militares de EE. UU y sus aliados.

Este episodio, titulado “Caballo de Troya”, nos introduce en la historia de Vladimir Vetov, gracias a testimonios de periodistas como Eric Raynud y Sergei Kostin autores de “Farewell: The Greatest Spy Story of the Twentieth Century”, agentes del KGB como Igor Prelin, políticos como Richard Allen, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca durante esos años o miembros de la inteligencia francesa como Raymond Nart. Gracias a estos testimonios vamos conociendo a Vetov, un agente del KGB de gran talento que durante cinco años estuvo destinado en Francia junto a su esposa. Allí ambos disfrutarán de los parabienes del mundo occidental y del capitalismo en plena Guerra Fría. Lejos de la carestía y la austeridad de la Unión Soviética se acostumbraron a una vida que no podía durar. Vetov y su mujer se verían obligados a volver tras cinco años de estancia en París (algo obligatorio para todos los agentes de KGB), regresando a una cruda realidad. Aunque aún peor fue para Vetov que vio como las cosas habían cambiado para él dentro del servicio secreto soviético, viéndose relegado a un puesto menor frente a otros agentes menos cualificados y de menos nivel que él, demostrando que el nepotismo y el enchufismo no conoce fronteras.

Tras lo ocurrido, Vetov se dará a la bebida, pero curiosamente a pesar de su ostracismo, seguirá teniendo acceso a información sensible sobre la operación Línea X y todo lo que eso conllevaba. Dolido por cómo le había tratado el régimen al que había dedicado su vida, Vetov tramará su venganza ofreciéndose como espía a los servicios secretos franceses. Su historia, fue llevada al cine en 2009 por Emil Kusturica con el nombre que recibió el propio agente soviético “El caso Farewell”. Considerado por unos un traidor y un embaucador, que solo actuó por venganza y por otros un héroe, que ayudó a Occidente a derrocar al “Imperio del mal”, sin duda Vetov es una figura clave en la historia más reciente.

Por su parte, el segundo episodio de “Spy Wars” titulado “El traidor perfecto” nos descubre la obra y milagros de Robert Hanssen, un agente del F.B.I. que durante más de 20 años espió para la Unión Soviética. Al igual que en la primera entrega, con Damien Lewis como hilo conductor y presentador, el episodio cuenta con testimonios de agentes que conocieron a Hanssen y que durante aquellos años se dedicaron a su captura sin saber que era un topo. Si Vetov actuó llevado por la venganza, en el caso de Hanssen se afirma algo parecido. En ambos casos, se nos presenta a hombres de gran inteligencia que sienten que han sido desplazados e infrautilizados. Aunque Hanssen si cobró por sus servicios, utilizando para sus entregas “puntos de entrega muertos” para evitar delatar su identidad real, haciéndose llamar “Ramon García” (nada que ver con nuetro Ramonchu). Hanssen espió durante años para la Unión Soviética y su actuación es considerada como el peor desastre de inteligencia en la historia de EE.UU.

Sin duda que “Spy Wars” se presenta como una serie documental que sabe mezclar la divulgación con el entretenimiento. La presencia del actor británico servirá de reclamo para los espectadores a los que quizá nos convenzan este tipo de producciones. Pero más allá de rostros famosos, “Spy Wars” nos da a conocer a hechos y personajes que en muchos casos para el gran público son desconocidos o han sido retratados en cine y televisión sin mucho rigor. Aquí, gracias a testimonios de expertos y ex espías que en su momento formaron parte de destacadas agencias de inteligencia como el Mossad, CIA, KGB o de la MI6, esta serie documental nos ofrece una visión nueva sobre el espionaje y sobre operaciones que han influido sobremanera en el presente que nos ha tocado vivir. Además, la serie ahonda en la personalidad de estos espías, en lo que hicieron y en por qué lo hicieron, recordándonos que el ser humano no es perfecto.