viernes. 29.03.2024

Atardecer : CartelDrama| 142 min. |Hungría-Francia| 2018

Título: Atardecer.
Título original: Sunset.

Director: László Nemes.
Guión: László Nemes, Clara Royer, Matthieu Taponier.

Intérpretes: Juli Jakab, Vlad Ivanov, Susanne Wuest, Uwe Lauer.

Estreno en España: 11/01/2019 
Productora: Laokoon Filmgroup / Playtime Production / Hungarian National Film Fund.

Distribuidora: Avalon.

 

Sinopsis

Budapest, 1913. Después de pasar su infancia en un orfanato, Irisz Leiter (Juli Jakab) llega a la capital húngara con 20 años y la esperanza de trabajar en la antigua tienda de sombreros de sus padres. Pero el nuevo propietario del negocio la rechaza. Además, la joven tendrá que enfrentarse a su pasado cuando descubre a un hermano que nunca supo que tenía. Su empeño por encontrarlo le lleva a descubrir oscuros secretos mientras el país se prepara para el caos de la Gran Guerra. 

Crítica

El realizador húngaro Läszlo Nemes ha vuelto a acertar con su segunda película, “Atardecer”,  de nuevo una obra brillante de casi dos horas y media, en forma de cuento de misterio, que “invita al espectador a que, junto a la protagonista, busque un posible camino a través del laberinto de fachadas y capas”.

Y de sombreros. En 1913, en Budapest, ciudad que rivaliza con Viena por ser el corazón de Europa en pleno apogeo del imperio austro-húngaro, Irisz Leiter (Juli Jakab, quien según el realizador tiene todo el aspecto de salir de una máquina de retroceder en el tiempo, “No Man’s Island”, “El hijo de Saúl”), una joven de veinte años, llega desde Trieste, donde ha crecido y ha aprendido el oficio de modista, a la capital húngara con la esperanza de poder trabajar en la antigua sombrerería de sus padres, muertos trágicamente.

Atardecer : Foto Juli Jakab

Dividida entre el pasado, el presente y un futuro gris que se adivina, entre tradición y modernidad, Irisz busca su lugar en ese mundo de pesadilla.

Al nuevo dueño, de nombre Oszkar (Vlad Ivanov, “El concierto”, “Bachillerato”, “Ana, mon amour”), no le interesa contratarla. La búsqueda de un hermano, cuya existencia ignoraba, que es al parecer líder anarquista y autor del asesinato de un político, lleva a Irisz a investigar acerca de sus orígenes familiares y a moverse por las calles de una ciudad laberíntica y violenta, y por los meandros de una sociedad agonizante que está viviendo la antesala del caos de la Primera Guerra Mundial.

Lo mismo que en “El hijo de Saúl”, la cámara de “Atardecer” sigue a la protagonista durante toda la narración, perdida en esa ciudad que era entonces una de las más importantes de Europa, donde se cruzaban diferentes pueblos y culturas, así como los partidarios de todos los movimientos políticos, de la extrema derecha a la extrema izquierda, que iban a desarrollarse durante todo el siglo XX; una ciudad hervidero, menospreciada por el emperador que vivía en su palacio de Viena.

Atardecer : Foto Juli Jakab

El espectador va descubriendo la ciudad al mismo tiempo que Irisz, que la dejó cuando tenía dos años y a la que siente no pertenecer, en un viaje que en todas partes revela un ambiente de complot, de conspiración, de secretos y misterios.

Dividida entre el pasado, el presente y un futuro gris que se adivina, entre tradición y modernidad, Irisz busca su lugar en ese mundo de pesadilla, entiende poco a poco que el imperio se desmorona y descubre la perversidad de los hombres de la alta burguesía que se aprovechan de las jóvenes inocentes, para acabar sumiéndose en un desconcierto identitario.

Atardecer : Foto Juli Jakab

“Atardecer” es una película muy personal, una fábula cruel y valiente que invita a mirar alrededor y asumir el estado del mundo actual. En ese viaje memorable y mayoritariamente nocturno que comparte la protagonista y el espectador de “Atardecer”, el realizador Laszlo Nemes ha establecido un paralelismo entre la sociedad delicuescente que provocó la Primera Guerra, y la situación en la actual Unión Europea, donde confluyen países de culturas distintas, lenguas diferentes y sistemas opuestos:

“donde existe una fosa entre la burguesía y las clases populares, donde crecen ideas extremistas, fundamentalismos religiosos y movimientos terroristas. Donde se  vive con el miedo permanente de un atentado, una crisis económica, una catástrofe ecológica… donde algunos ven las señales de un apocalipsis o, al menos, del declive de una civilización…”.

Atardecer : Foto Juli Jakab

Según declaró Laszlo Nemes -ganador del  Gran Premio del Festival de Cannes, el Oscar y el Gobo de Oro de 2015 con su primer largometraje, “El hijo de Saúl”, una impresionante película sobre el holocausto visto desde un punto de vista hasta entonces inédito (el de un prisionero  del campo de concentración de Auswitz)- cuando la película se presentó en Cannes es un homenaje al drama “Sunrise” (Amanecer) de Friedrich Wilhelm Murnau, estrenado en 1927: “Sunrise me ha inspirado. Describía brillantemente la locura urbana de Estados Unidos y el optimismo de la gente, la confianza que tenían, su inventiva…Esa película, y mis películas, hablan de las esperanzas y desesperanzas de una civilización”.

Atardecer: Un cuento cruel y muy real