viernes. 29.03.2024
CRÍTICA DE CINE

Un italiano en Noruega: Más fuerte que su destino

la comedia protagonizada por Checco Zalone (un cómico reconocidísimo en Italia sobre todo de haber conseguido fama con una canción de 2006 sobre la selección de fútbol italiana) batió todos los récords de taquilla en el país alpino con más de 65.2 millones de euros y más de 10 millones de espectadores.

Un italiano en Noruega : Cartel

Comedia | 85 min. | USA 2015

Título: Un italiano en Noruega.
Título original: Quo vado?.
Director: Gennaro Nunziante.
Guión: Gennaro Nunziante, Checco Zalone.
Intérpretes: Checco Zalone, Eleonora Giovanardi, Sonia Bergamasco, Maurizio Micheli.

Estreno en España: 28/04/2017 
Productora: Taodue Film

Distribuidora: A Contracorriente Films

Sinopsis

Narra las peripecias de un funcionario de una administración provincial, con quince años de servicio, que se dedica a la rutinaria pero cómoda tarea de expedir las licencias de caza y pesca. Vive feliz en casa de sus padres, mimado por su madre, y con una novia con la cual no tiene intención de casarse ni tener hijos. Pero su mundo se derrumba cuando el Estado decide eliminar las provincias. Antes que aceptar una indemnización y buscar otro trabajo, el protagonista acepta varios traslados a regiones remotas de Italia y finalmente se aviene incluso a trasladarse a Noruega para trabajar como guardián de una estación científica italiana en el Polo Norte.

Crítica

Un dato muy a tener en cuenta a la hora de enfrentarnos a esta Un italiano en Noruega (estenada en su versión original con el mucho más atinado título de Quo Vado?, cuya traducción correspondería a algo así como ¿A dónde voy?)  que ahora nos ocupa es el de que la comedia protagonizada por Checco Zalone (un cómico reconocidísimo en Italia sobre todo de haber conseguido fama con una canción de 2006 sobre la selección de fútbol italiana) batió todos los récords de taquilla en el país alpino con más de 65.2 millones de euros y más de 10 millones de espectadores en Italia. De la mano de Medusa, en su primer fin de semana recaudó más de 22 millones de euros y acabó su primera semana en cartelera, superando los 37 millones de euros.

Esta circunstancia cobra mayor relevancia si cabe si atendemos a que su estreno se produjo mientras reinaba en cartel la última entrega de la saga galáctica por excelencia: Star Wars: el despertar de la fuerza, lo que ha apresurado a muchos a compararla con un nuevo fenómeno paralelo al que ocurrió con 8 Apellidos vascos en España. 

Un italiano en Noruega : Foto Checco Zalone, Eleonora Giovanardi

Un italiano en Noruega  es la cuarta colaboración de Gennaro Nunziante (director y guionista) y Checco Zalone.

Un italiano en Noruega  es la cuarta colaboración de Gennaro Nunziante (director y guionista) y Checco Zalone (actor, guionista y compositor), superando con cada película el éxito de la anterior: “Cado dalle nubi” (2009) con 14 millones de euros de recaudación, “Che bella giornata” (2011) con 43 millones de euros y “Sole a catinelle” (2013) con 52 millones de euros, que también ostentó el título de la película más taquillera hasta la llegada. La película es una sátira sobre la figura del funcionario y una visión con mucha ironía sobre como un traslado obligado a un país civilizado como Noruega puede hacer temblar las costumbres y los hábitos de la gente del “sur de Europa”.

Un italiano en Noruega : Foto Checco Zalone

La película es una sátira sobre la figura del funcionario y una visión con mucha ironía sobre como un traslado obligado a un país civilizado como Noruega puede hacer temblar las costumbres y los hábitos de la gente del “sur de Europa”. Checco tiene el trabajo de sus sueños, es funcionario en una provincia del sur de Italia. Tiene 38 años, una novia, vive cómodamente en casa de sus padres y así es feliz. Pero su plácida vida se ve amenazada cuando el Estado decide aplicar recortes y se ve forzado a elegir entre la indemnización o un traslado. Para él, un puesto fijo es sagrado y luchará por mantenerlo sin importar a qué inhóspito rincón del mundo lo quieran enviar.

Un italiano en Noruega : Foto Checco Zalone

El film cobra fuerza cuando se torna irreverente y dispara con puntería de francotirador hacia la corruptela imperante en los poderes fácticos que imperan a sus anchas en los gobiernos locales italianos. El verdadero logro en la vida es el de colocarse en una posición fija como funcionario del cuerpo del estado y a partir de ahí concentrarse no en servir a los ciudadanos sino más bien en servirse a uno mismo. Si a eso se le añade unas gotas de ironía social sobre lo asilvestrados que están los caracteres mediterráneos en comparación con lo civilizado de culturas como las de Europa del norte tendremos una comedia fresca y gamberra que nos hará pasar un muy buen rato.

Un italiano en Noruega : Foto Checco Zalone

Tras un inicio arrollador, en el que a base de una sucesión de gags a cual más hilarante se nos informa de la peripecia de quien quería no moverse de su sillón y se ve obligado al exilio laboral, pasamos a una parte central bastante más anodina en la que el elemento romántico no acaba de funcionar del todo, bien sea porque amor y sátira no casan muy bien o porque se sacrifica la mordacidad en pos de un humor algo más blando. Al final el desarrollo argumental retoma el pulso gracias a momentos estelares como aquél  en el que el héroe de la función sufre un ataque de nostalgia cuando se entera de que Al Bano y Romina Power han vuelto a reunirse para cantar a dúo. Es entonces cuando el carácter latino vuelve a fluir por sus venas y las diferencias culturales entre italianos y noruegos se vuelven auténticos encontronazos (impagable el momento aparcamiento en doble fila y lo que acontece en la cola del supermercado).

Un italiano en Noruega : Foto Checco Zalone

En definitiva, Zalone demuestra con su más que digna actuación ser un digno sucesor de grandes monstruos de la comedia italiana como lo fueron en su día Alberto Sordi, Vittorio Gassman, Marcello Matrioanni o Ugo Tognazzi. Por supuesto aún le queda mucho si quiere llegar a alcanzar el podio de estos auténticos moradores del Olimpo de los Dioses de la interpretación mundial, pero si sigue por la senda de lo bilioso y caústico en sus próximas producciones, nos puede llegar a dar más de una alegría.


 

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Un italiano en Noruega: Más fuerte que su destino