CRÍTICA DE CINE DE FILMIN

O Corpo Aberto: el folk horror gallego que desdibuja la frontera entre vivos y muertos

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Cuerpo abierto

Filmin (últ. incorporaciones) 7 de abril

Título original

 

O Corpo Aberto
Año
Duración
91 min.
País
 España
Dirección

Ángeles Huerta

Guion

Ángeles Huerta, Daniel García. Relato: Xosé Luis Méndez Ferrín

Música

Mercedes Peón

Fotografía

Gina Ferrer

Reparto

Tamar NovasVictória GuerraMaría VázquezFederico PérezElena SeijoMiquel InsúaJosé FidalgoNicolás OteroIzan González

Compañías
Coproducción España-Portugal; 

OlloVivo Producións, Fasten Films, Cinemate, Xunta de Galicia, Axencia Galega das Industrias Culturais, RTVE, Televisión de Galicia (TVG), ICAA

Género
TerrorDramaIntriga | Años 1900 (circa)Vida ruralSobrenatural
Sinopsis
1909. Miguel, un joven profesor, es destinado a un pequeño pueblo de montaña en la frontera entre España y Portugal: Lobosandaus, una aldea inhóspita y de tradiciones ancestrales. Es un hombre de razón, pero no puede controlar sus deseos pasionales y, conforme se acerca el invierno, siente cómo la oscuridad se apodera de todo a su alrededor al tiempo que crece su fascinación por la enigmática Dorinda. En un lugar dominado por la superstición, la extraña muerte de un vecino del pueblo libera a un espíritu libre en busca de un cuerpo que le permita seguir con su existencia, que llevará a Miguel a cuestionar los límites entre el mundo de los vivos y los muertos.
 
CRÍTICA

En los últimos años el cine español ha encontrado en el entorno rural un lugar en el que desarrollar sus historias. El medio audiovisual, como cualquier otra expresión artística, se encarga de reflejar la sociedad contemporánea y, por tanto, los intereses que la mueven. Esta nueva concepción de lo rural, la reivindicación de lo autóctono, la mitificación de la naturaleza, la dicotomía local/extranjero o el creciente interés por volver a nuestras raíces son asuntos que vienen interesando especialmente a una nueva generación de cineastas españoles.

Y la Galicia rural es una de las ubicaciones idóneas para trabajar estos temas con toda la complejidad intrínseca que hay en ellos. Películas como O que arde de Óliver Laxe, Suro de Mikel Gurrea o As bestas de Sorogoyen son un claro ejemplo del amplio despliegue de posibilidades artísticas y estilísticas que proporciona una localización como esta.

La directora Ángeles Huerta debuta en el largometraje de ficción con O corpo aberto que, tras una trayectoria cinematográfica de cortometrajes y un largo documental, se atreve con un cambio de registro y de género. Este drama rural ambientado en la Ourense de principios del siglo XX es una adaptación del relato gótico Lobosandaus de Xosé Luis Méndez Ferrín, uno de los escritores más importantes de literatura gallega.

La historia sigue los pasos de Miguel, un joven maestro al que destinan a una aldea fronteriza entre España y Portugal, donde los mitos y leyendas están fuertemente asentados en la cotidianidad de sus habitantes, siendo factores determinantes en las decisiones individuales y colectivas del lugar. Aunque en primera instancia puede parecer que la premisa parte del choque de cosmovisiones entre el forastero-urbanita y los lugareños, pronto se complicará al introducir elementos sobrenaturales que escapan a la lógica científica de Miguel, quien tendrá que realizar un auténtico ejercicio mental para entender lo que está ocurriendo.

El folklore gallego asume un papel protagonista en el filme, dominando por completo el ambiente sugestivo de las escenas más intimistas. Su importancia radica precisamente en los límites fronterizos, no solo geográficos, sino también idiosincráticos en los que razón y superstición se enfrentan sin ninguna posibilidad de convivencia. Sin embargo, los límites que más interesan aquí son los que existen entre el mundo de los vivos y el de los muertos.

Límites que, por otro lado, van desdibujándose a medida que avanza la historia y ambos mundos acaban por colisionar. El detonante de esta situación es la llegada del maestro a ese no-lugar que parece regirse por sus propias normas; es entonces cuando el mito se hace realidad y el costumbrismo más oscuro se cierne sobre ellos, sobre los cuerpos abiertos, aquellos predispuestos al deseo de ser poseídos por un espíritu y de esta forma seguir en contacto con los vivos. Huerta se sirve del formato 1:61 para centrar su atención y la del público en esos cuerpos y sus límites.

O corpo aberto es una película estética, con una textura de la imagen y una paleta de colores muy cuidada que refuerzan ese enfoque fantástico y a la vez brutal de la tradición oral gallega. Se trata de una propuesta interesantísima a caballo entre el drama y el folk horror, en la que mecanismos característicos del cine de terror se entremezclan con elementos sociales que potencian el suspense. Al ser un terreno poco transitado, resulta novedosa esta visión tenebrosa de las historias ancestrales que forman parte del imaginario colectivo de la tierra de meigas y trasgos.