CRÍTICA DE CINE

Coco: Disney-Píxar lo ha vuelto a conseguir

El concepto del Día de los Muertos seguro que no les debe pasar desapercibido, ya que se ha podido comprobar recientemente en películas como el Spectre de James Bond o en videojuegos de la play como Grim Fandango.

Animación | 109 min. | USA-México 2017

Título: ICoco
Título original: Coco.
Director: Lee Unkrich, Adrián Molina.
Guión: Adrián Molina, Matthew Aldrich.
Voces: Gael García Bernal, Anthony González, Benjamin Bratt, Renee Víctor.

Estreno en España: 01/12/2017 
Productora: Pixar Animation Studios / Walt Disney Pictures

Distribuidora: Walt Disney Spain.

Sinopsis

Miguel es un joven con el sueño de convertirse en leyenda de la música a pesar de la prohibición de su familia. Su pasión le llevará a adentrarse en la "Tierra de los Muertos" para conocer su verdadero legado familiar.

Crítica

Las diferentes culturas de todo el mundo celebran la muerte de muchas maneras, y la forma en que rendimos tributo a nuestros antepasados también varía enormemente. En todas las partes del universo, hallamos un crisol de culturas donde el culto a la muerte tiene igual o mayor importancia que en México. Sin embargo, si estás expuesto a la cultura pop, el concepto del Día de los Muertos seguro que no les debe pasar desapercibido, ya que se ha podido comprobar recientemente en películas como el Spectre de James Bond o en videojuegos de la play como Grim Fandango.

En esencia, Coco se puede considerar un refinamiento de los preceptos por los que Pixar ha llegado a ser conocida.

En esencia, Coco se puede considerar un refinamiento de los preceptos por los que Pixar ha llegado a ser conocida. Al igual que ocurre con todos los adultos en casi todas los largometrajes de Pixar, siempre son las mismas personas mayores las que intentan imponer su voluntad y sus valores a los niños, algo que seguramente los más pequeños reconocerán en su día a día. Miguel, el protagonista, de, dígamoslo ya, este soberbia obra maestra de la animación, no es tan diferente, ya que su Abuelita se opone violentamente a sus sueños de convertirse en músico, llegando incluso en un momento a aplastar su guitarra de mala manera.

Escogiendo hacer todo lo posible por seguir los pasos de su héroe de la guitarra, el difunto Ernesto de la Cruz (Benjamín Bratt), Miguel descubre que no todo lo que se coloca en un pedestal es lo que parece. Mientras roba la tumba de Ernesto de la Cruz, se abre una maldición y Miguel tiene que enmendar las cosas. No importa la cultura o el contexto, el acto de profanar una tumba tiene sus consecuencias, y el héroe de nuestra historia se verá inmerso en una especie de limbo donde tendrá que lidiar tanto con los vivos como con los muertos. Aunque algunos críticos se han ensañado con la primera parte del metraje, resaltando su falta de ritmo, lo cierto es que uno ya está un tanto saturado de montañas rusas que a los diez minutos ya tienen a todos los protagonistas dando tumbos y piruetas entre fotogramas. 

Aquí todo se va cociendo a fuego lento ensamblando sin fisuras los dos mundos (el de aquí y el del más allá) para regalarnos un último tramo de auténtica antología. Aviso para navegantes: si se les saltaron las lágrimas viendo Del Revés o Up, ya pueden ir al cine con una abundante provisión de pañuelos de papel, porque en el último cuarto de hora los hacedores del film no tienen piedad alguna con los más sensibleros (y con los menos tampoco). Considerando todo, Pixar demuestra que todavía es capaz de crear grandes historias sin importar el contexto. 

Es cierto que si se escarba un poco se podrá encontrar cierto aire de pretendido formulismo, pero en este caso el fin justifica y de qué manera los medios, y el resultado final es tan apabullante y tan satisfactorio que lo positivo gana por goleada a lo negativo. No es la película más redonda del estudio, pero sin duda éste todavía es capaz de mantener un estándar donde pueden deleitar, sorprender y tirar de las fibras emocionales del público con un simple chasquido de dedos.

La lección que se nos da una vez disfrutado del visionado es de las de tomar el pan y mojar. Los niños de hoy en día están tan fascinados por sus héroes catódicos que no se dan cuenta de que tienen una familia llena de amor que necesita ser respetada. Un aplauso unánime para dos directores de la talla de Lee Unkrich (Toy Story 3 y Monstruos S.A, ahí es nada) y Adrián Molina (guionista a su vez de El Viaje de Arlo) quienes hacen todo lo posible para mostrar sin trampa ni cartón miedos y emociones tangibles sobre la muerte, la vida y el amor, todo ello bañado con un espíritu colorista y un gusto por el más mínimo detalle que engrandece un conjunto visualmente arrollador.