CRÍTICA DE CINE

Coda: Los Sonidos Del Silencio: Oídos que no oyen, corazón que sí siente

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CODA: Los sonidos del silencio

Cartelera España 18 de febrero  

Título original

CODA
Año
Duración
111 min.
País
 Estados Unidos
Dirección

Sian Heder

Guion

Sian Heder

Música

Marius De Vries

Fotografía

Paula Huidobro

Reparto

Emilia JonesTroy KotsurMarlee MatlinDaniel DurantEugenio DerbezFerdia Walsh-PeeloAmy ForsythKevin ChapmanJohn FioreErica McDermottOwen BurkeRebecca GibelMolly Beth Thomas, ver 16 más

Productora
Coproducción Estados Unidos-Francia-Canadá; 

Vendome Pictures, Pathé Films, Picture Perfect Federation. Distribuidora: Apple, Apple TV+

Género
Drama | Discapacidad auditivaFamiliaMúsicaDiscapacidadRemake
Sinopsis
Ruby (Emilia Jones) es el único miembro oyente de una familia de sordos. A sus 17 años, trabaja por la mañana con sus padres y su hermano en Gloucester, Massachusetts, antes de ir a clase, tratando de mantener a flote el negocio pesquero familiar. Ávida de encontrar nuevas aficiones, Ruby decide probar suerte en el coro de su instituto, donde no sólo descubre una latente pasión por el canto, sino también una fuerte atracción física por el chico con el que debe realizar un dueto. Su entusiasta profesor (Eugenio Derbez) ve algo especial en ella y la anima a que piense en la posibilidad de entrar en la escuela de música, algo que la obligaría a tener que tomar una decisión de cara a su futuro: o sus estudios, o su familia.
 
CRÍTICA

En estos tiempos que corren, cada vez son más los espectadores que se ven ahogados y devorados por los cuantiosos remakes que imperan en la industria estadounidense y, por consiguiente, en la cartelera. Sí, Hollywood se encuentra en un período falto de ideas y no parece que esto vaya a ser una moda pasajera, todo lo contrario. Mientras haya más beneficio que oficio la taquilla va a seguir siendo un pico-pala pico-pala de refritos que no precisamente mucha gente solicita. Aunque, dentro de esa ola de revisitaciones, existen dos tipos de clases: los que se ven con una mirada limpia y nueva o los que resultan una fantochada calcomanía de la pieza original. Por suerte, CODA pertenece al selecto primer grupo, pues estamos ante una reformulación de La Familia Bélier que encuentra su alma propia.

La ganadora del pasado festival de Sundance –el certamen más prestigioso de cine independiente– funciona como ese almacén en el que guardas todo lo accesible, todo lo que nos recuerda a aquellos grandes momentos que hemos presenciado a lo largo de nuestra existencia. Ya sea en vida o en ficción. Paseos por bicicleta mientras irradian nostálgicas canciones, los nervios del primer encuentro físico, confrontación musical, ese dar la espalda por temor o por simple vergüenza, acantilados como lugar evasivo y/o de amor primerizo, escuela y clases como punto de partida, exigencia docente, reversos y superaciones, etc.

Todo ello lo hemos visto en multitud de coming of ages o filmes indies; no obstante, aquí se percibe como algo completamente renovado. Es como ese rincón que has visitado una y otra vez pero que deseas volver a él, ya sea por puro placer o por mera complacencia.

Todo lo grácil y bonito de visualizar se ve envuelto en una historia que a todas luces podría resultar un auténtico y convaleciente dramón de sobremesa –al contemplar el primer fotograma del mar, ya sea por esencia como por estética, podríamos pensar que vamos a estar ante algo semejante–. Una chica que sufre bullying desde su infancia simplemente por pertenecer a un entorno específico, una sórdida familia con temor a que le engañen, que no puede afrontar la vida sin traductor, una dualidad moral y ética entre el deseo y nuestras responsabilidades… Lo que podría haber sido un profundo drama, Sian Heder lo tiñe de luz y lo convierte en una dramedia tan convencional como ilusionante, tan práctica como necesaria,  tan veraz como enternecedora, tan previsible como sensacional; protagonizada por un formidable elenco que confecciona un núcleo familiar que a falta de poder escucharlo, lo sentimos.

Y los encargados de que esta película salga a flote son: una dulcísima y carismática Emilia Jones –con un registro y un rostro que se mueven entre Elle Fanning y Emma Stone–, quien se complementa a las mil maravillas con Troy Kutsor, Marlee Matlin, Daniel Durant –padre, madre y hermano, quienes muestran la faceta más irónica y buenamente incorrecta de la obra–, Ferdia Walsh-Peelo –el fan de Sing Street le reconocerá inmediatamente–, Amy Forstih –amiga incondicional de la protagonista, quién mantendrá una atropellada e idílica subtrama con el hermano– y Eugenio Derbez –que aunque no llega a las cotas de extremismo de J.K Simons en Whiplash, representa esa exigencia tan vista en las “School-movies”–. Este crítico no suele nombrar ni detenerse en el reparto, pero aquí lo hace porque todos conforman un todo, un “must-see” que resuena gracias a su carisma y bien logradas intenciones.             

En definitiva, para el que escribe estas líneas, lo que podría haber caído en un burdo telefilme acaba resultando una satisfactoria dramedia familiar que, pese a moverse por zonas comunes, halla su propia voz. Uno que esperaba que le sirviesen una porción de panga, termina pescando una sabrosa lubina, una grata sorpresa en forma de remake que hará dibujar una sonrisa en el rostro del espectador mientras este lucha por contener las lágrimas. La ganadora del Festival de Sundance es una cinta de confort total en la que te gustaría quedarte por mucho tiempo. CODA se escucha, pero, sobre todo, se siente.