CRÍTICA DE CINE

El Espía Inglés: Intriga en la hora del té

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El espía inglés

Próximos estrenos España 29 de octubre  

Título original

The Courier aka 
Año
Duración
111 min.
País
 Reino Unido
Dirección

Dominic Cooke

Guion

Tom O'Connor

Música

Abel Korzeniowski

Fotografía

Sean Bobbitt

Reparto

Benedict CumberbatchRachel BrosnahanJessie BuckleyMerab NinidzeAngus WrightKirill PirogovElina AlminasJoseph BalderramaRussell BaloghDeano MitchisonLaurel LefkowArthur WildeAndrey Kurganov, ver 10 más

Productora

42, SunnyMarch, Filmnation Entertainment

Género
Drama | Guerra FríaEspionajeBasado en hechos reales
Sinopsis
Durante la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia, el ingeniero Greville Wynne (Benedict Cumberbatch) se infiltra como espía en el MI6, servicio de inteligencia británico. Cuando la crisis de los misiles cubanos promete inclinar la balanza a favor del país soviético, Wynne comenzará a trabajar con la CIA para filtrar información sobre el plan que tienen en marcha los rusos y así evitar una catástrofe.
 
CRÍTICA

Tanto “in momento” como a posteriori tras un largo periodo de tiempo de conspiraciones en la sombra, la Guerra Fría ha sido siempre caldo de cultivo para producciones audiovisuales de toda índole que, particularmente, se ha acentuado en la última década a raíz de las tensiones entre Estados Unidos, la Unión Europea a un lado, y al otro, la Rusia de Putin interesada en desestabilizarlos a base de ciberataques, bots y otras estrategias que configuran las batallas del siglo XXI.

En este contexto más sofisticado se ha dado este resurgimiento de aquel conflicto, cuyo carácter más cerebral que físico le hizo ganar en discreción frente a otros enfrentamientos más sanguinarios, pero sus consecuencias fueron tan o más decisivas a nivel mundial. Si bien cuando estaba teniendo lugar el cine funcionaba como maquinaria propagandística en ambos lados para exponer la amenaza que supone el enemigo –con sus excepciones, claro-, la perspectiva histórica ha permitido rebajar el maniqueísmo imperante, ofreciendo una visión más moderada en la que se humanizan ambos lados. Esta es una de las virtudes de El espía inglés, capaz de contar la historia del ingeniero Greville Wynne, que pasó de su posición a trabajar para el MI6 y la CIA, sin caer en exaltaciones patrióticas ni demonizaciones estrambóticas.

Dominic Cooke, tras adaptar a figuras ilustres de la literatura inglesa como Shakespeare (la miniserie La corona vacía) o Ian McEwan (su ópera prima en el largo En la playa de Chesil, 2017), lleva el timón de la representación de este célebre episodio de la historia británica con pulcritud clásica, priorizando la narración a la puesta en escena. Más cercana a la calidez y al componente sentimental de El puente de los espías (Steven Spielberg, 2015) que a las translaciones a la pantalla más satisfactorias de las obras de John Le Carré, la película se mueve demasiado en un terreno trillado en el que la construcción de la tensión funciona a medio gas, sin llegar a agarrar al espectador.

En parte esto se debe a un tempo que no se preocupa en tomarse tiempo para esculpir el suspense, sino de simplemente desvelar una sucesión de hechos de un modo tan correcto como común, tan seguro como desapasionado. Suerte de un reparto solvente que insufla distinción a la propuesta, con un Benedict Cumberbatch al frente, adueñándose sin despeinarse de un entretenimiento funcional que no se acerca a la grandeza del material con el que partía por no arriesgar y preferir asegurarse el tanto. Menos mal que la temática lleva 60 años al pie del cañón, lo cual significa que otros y mejores filmes vendrán.