CRÍTICA DE CINE

Perfumes: Eau de toilette básico

Perfumes

Les parfums
Año
Duración
100 min.
País
 Francia
Dirección
Guion
Grégory Magne
Música
Gaëtan Roussel
Fotografía
Thomas Rames
Reparto
Productora
France 3 Cinéma, Les Films Velvet, Ciné+, France Télévisions, Région Ile-de-France, Pyramide Distribution, CNC, Indéfilms 7, Région Grand Est, OCS
Género
Comedia | Amistad. Comedia dramática
Sinopsis
Anne Walberg es una estrella del mundo de los perfumes. Crea fragancias y vende su increíble talento a todo tipo de empresas. Vive como una diva, egoísta y con mucho temperamento. Guillaume es su nuevo chófer y la única persona de su alrededor que no tiene miedo a plantarle cara. Y esa es sin duda la razón por la que ella no le despide. Un choque entre dos mundos muy diferentes que crea una relación disparatada y divertida a la par que totalmente inesperada.
Distribuidora: Bteam pictures
 
CRÍTICA

Cuando se visiona un film en el que la cocina juega un papel esencial, ante la imposibilidad (de momento) del medio cinematográfico de emitir olores, gustos y texturas, deben ser las imágenes por si solas las que nos remitan a esos sentidos presentes diegéticamente, pero que no podemos percibir en la butaca. Desde una determinada composición, color o ángulo, un fotograma puede hacernos morir de hambre y de envidia al no tener la oportunidad de catar empíricamente el manjar de la pantalla. En caso de obrar correctamente, el sabor logra traspasarla e instalarse psicológicamente en las papilas gustativas del público, dando por cierto la máxima que la comida entra por los ojos.

En una película titulada cristalinamente Perfumes, esperamos también unas decisiones formales que estimulen los aromas a sobrepasar la pantalla y se infiltren en nuestras pituitarias con el fin de deleitarnos, valorar su importancia y, simultáneamente, entender la existencia de unos personajes que se desviven por ellas. En definitiva, lo mismo que ocurriría en un film culinario, solo que cambiando frutas, hortalizas, carnes y salsas por flores y plantas. En este aspecto, Perfumes no cumple su cometido ya que carece de todo componente sensorial que active los sentidos al ser demasiado académicamente distante. Se encorseta en una pulcritud estilística conformista, únicamente preocupada en narrar transparentemente la historia, en lugar de dejarse llevar por una pomposa borrachera de fragancias que lleven el espectador al éxtasis. Lo que debería haber sido el estudio fílmico de las narices de Emmanuelle Devos y Grégory Montel prefiere no arriesgar y quedarse en la zona de confort de la comedia romántica gala estándar. Si la memoria no le falla, este crítico clama al cielo que no haya ni un primerísimo primer plano del órgano que da de comer al personaje de Devos.

Ante esta falta de audacia que enriquecería el conjunto, queda una obra amable y meramente correcta, de clara y honesta vocación popular, cuya moderación constante la hace navegar indefinidamente entre el mar de la comedia y el drama, sin decantarse ni aprovechar ninguno de los dos. Entre ese humor discreto y la exposición problemática de un tono poco afectado que se agradece, emerge el género más definitorio para Perfumes: el romance. Una historia de amor en la edad madura sin aspavientos, donde los conflictos relevantes tardan mucho en aparecer y se plantean de forma latente subtramas que habrían añadido más matices y frescura en el ambiente como, por ejemplo, la relativa al personaje de Sergi López, quien es introducido prácticamente en el desenlace para acabar resultando intrascendente, dejando escapar un sinfín de posibilidades.

Afortunadamente, Devos y Montel tienen suficiente oficio y química como para cargarse la película a sus espaldas y hacer de ella un producto tan fácil y agradable de consumir como de olvidar. Como un eau de toilette, funcional y competentemente facturada, pero nada distintiva y lejos de aquellos Dior duradores que la protagonista compone.