CRÍTICA DE CINE

Unicorn Wars: La bandera del corazón (de las tienieblas)

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Unicorn Wars

Próximos estrenos España 21 de octubre

Título original

Unicorn Wars
Año
Duración
91 min.
País
 España
Dirección

Alberto Vázquez

Guion

Alberto Vázquez

Música

Joseba Beristain

Fotografía
Animación
Reparto
Animación
Productora
Coproducción España-Francia; 

Abano Producions, Autour de Minuit, Schmuby Productions, Uniko. Distribuidora: Barton Films

Género
AnimaciónFantásticoTerrorComedia | Animación para adultos
Sinopsis
El ejército osito adoctrina a jóvenes reclutas para la guerra que libran contra los unicornios y amenaza la seguridad del pueblo osito. Los hermanos Azulín y Gordi, junto a un inexperto grupo de reclutas, serán enviados a una peligrosa misión para salvar el Bosque Mágico. ¿Estarán los ositos preparados para ello?.
 
CRÍTICA

Aunque por el diseño y la paleta cromática pueda engañar, el poso triste de otros trabajos de Alberto Vázquez como Psiconautas, los niños olvidados (2015), Birdboy (2010) o Homeless Home (2020) sigue presente en esta nueva incorporación a su filmografía con la que pretende explorar otros caminos al hibridar el cine bélico canónico con la comedia. Tomando como germen el cortometraje Sangre de unicornio (2013), Unicorn Wars amplia y ensangrienta el universo propuesto relatando la guerra que se da entre los unicornios y unos osos amorosos al más puro estilo Happy Tree Friends.

Los colores chillones y la achuchable caracterización de personajes claramente contrastan con la crudeza intrínseca al enfrentamiento en su máxima expresión. Reuniendo los códigos propios del género, como es la instrucción bajo el sargento duro, el auge del héroe ante la adversidad, la corrupción humana que conlleva la borrachera de violencia o la instrumentalización del (falso) ídolo ante la masa, Unicorn Wars invoca los referentes incuestionables del género como La chaqueta metálica (Stanley Kubrick, 1987) o Apocalypse now (Francis Ford Coppola, 1979) bajo el manto de su resultona premisa.

El humor gamberro y adulto del principio, que podía recordar al M.A.S.H. (1970) de Robert Altman protagonizado por osos, pronto se disipa en un matiz más grave para tratar los temas caudales de obvio tinte antibelicista como es el horror de la destrucción y la deshumanización que fomenta la guerra. Es natural que tome este camino, pero también constata un problema a la hora de equilibrar los tonos que impiden que brille por el lado de la gamberrada, pero tampoco en el del drama por su carácter manido y, salvo el protagonista Azulín, un cierto exceso de caricatura que aleja de una identificación que lleve a la compasión. Asimismo, aun  por momentos cae en una facilidad casposa a la hora de hacer broma, en especial en relación a la homosexualidad o la pluma.

La originalidad de su universo no se desarrolla mucho más allá de sus ideas iniciales expuestas en la primera mitad, dejando muy en segundo (y tercer) plano a los unicornios y su trasfondo, en una batalla donde los osos ganan por goleada en cuanto a carisma. Sabe mal observar las flaquezas de una película que maneja grandes conceptos y un contexto fresco, pero a Unicorn Wars le falta aún un poco de madurez para graduarse en la academia militar con honores, centrar más los tiros y conocer a sus enemigos.

Aun así, es de recibo admitir y alabar su valentía, efectividad y el carácter único que imprime en la animación española. Y, por supuesto, lo útil que resulta para tener en mente la barbarie de la guerra, la cual siempre hay que tener presente para no errar, y más en tiempos donde algunos sectores la banalizan entonando letras como “vamos a volver al 36”.