SEFF18 - DÍA CUATRO

La sección oficial sigue sin arrancar con fuerza pero hay auténticas joyas ocultas entre el resto de la programación

Hay veces que el tiempo climático nos avisa de que es mejor quedarnos en casa que salir afuera. Es lo que ha ocurrido este cuarto día en el Festival de Cine Europeo.

Hay veces que el tiempo climático nos avisa de que es mejor quedarnos en casa que salir afuera. Es lo que ha ocurrido este cuarto día en el Festival de Cine Europeo, donde una lluvia intensa ya nos estaba advirtiendo que la nueva película de Makridis, Pity, no traía nada bueno. Dato curioso: la tarde que Makridis estrenó en este festival en el año 2013, L, también llovía fuertemente.

Y es que con el cine griego, y con su cine de autor más aún, ocurre algo parecido a lo que ocurrió con los daneses y el Dogma 95, que tras Lars von Trier fueron llegando una caterva de imitadores y seguidores que copiaban y ponían en práctica las ideas del director para hacer una película, pero que al contrario que este, que ha ido evolucionando y madurando su cine, estos se quedaron estancados. Así, con Giorgios Lanthimos y su Canino se creó una corriente cinematográfica basada en el sufrimiento y la extrañeza bajo un prisma de comedia negra, que es más bien perturbada. Lanthimos, como von Trier, se va alejando con cada película de esta puesta en escena.

Con este filme ocurre lo mismo. Seguir las desventuras de un pobre desgraciado adicto a la pena, no hace la mínima gracia y mucho menos si a lo que se recurre es a la repetición constante de escenas y lo que es aún peor: que en los años en los que estamos se siga recurriendo al Requiem de Mozart para causar seriedad y dramatismo. 

Todo lo contrario lo encontramos en La Casa de Verano de Valeria Bruni-Tedeschi y protagonizada por ella misma, que en la línea de lo que nos viene ofreciendo estos últimos años, vuelve a ser un divertimento rápido. Cine libre de prejuicios y donde lo que se intenta es hacer reír al espectador. Y vaya si lo consigue.

Desde su comienzo, con una ruptura y una reunión para conseguir fondos para su próxima película, Tedeschi crea casi una auto-parodia que se acrecienta cuando llega a esa mansión familiar donde se darán rienda suelta a todos los impulsos posibles y en donde, en otro juego metacinematográfico, se pueden disfrutar varias generaciones de grandes comediantes franceses.

La sesión de tarde comienza con la presentación del ciclo Rituales Encontrados que el critico Luis E. Pares, crítico y colaborador de ese magnífico programa, infravalorado y acortado en la nueva programación que es Historias de Nuestro Cine, ha elaborado en un duelo cinematográfico entre cortometrajes de estos últimos años y películas del siglo pasado que hablan sobre el folclore, los rituales de antaño y las prácticas diversas de pueblos y ciudades de España.

Esta primera sesión es para el cortometraje Rapa das Bestas que examina con todo lujo de detalles este ritual entre el hombre y el caballo, en ocasiones bastante violento y que se enfrenta, o más bien complementa a la película Lejos de los Árboles, obra fundacional de este tipo de cine etnográfico donde se hace un repaso por las costumbres y rituales de los pueblos de nuestro país, desde las procesiones de la Virgen del Rocío a el despeñamiento de animales por colinas o campanarios que luego son comparados con bailes discotequeros o trucos para ligar en un intento de ahondar en estos comportamientos innatos y atávicos.

Nuestra siguiente película Beast de Michael Pearce es una cuento oscuro donde una chica interpretada por ss se enamora de un chico extraño y solitario al que culpan de ser un violador y asesino de niños de la comunidad.

En su primera parte, la película genera un clima de miedo y desconfianza enfrentando a los ciudadanos con el horror de la muerte de los niños y la necesidad de echar la culpa a alguien, aunque forzando teorías racistas y sin juicio previo, casi como una metáfora de la masa furiosa y justiciera de las redes sociales y lo que es más interesante, un juego de seducción perverso donde es precisamente la chica la que parece tener un pasado más turbio y unas ideas más cercanas a la psicopatía que cualquiera de los otros personajes

Sin embargo, una vez que la historia debe acabar y tener todos los nudos bien atados, el director descuida la narrativa y la puesta en escena en momentos y se entrega al juego de equivocaciones, falsos culpables y final previsible donde ya si se rebela la caperucita del cuento contra el lobo pero mucho menos sutil y simbólica que es The Company of Wolves de Neil Marshall.

Acabamos el día con Letters to Paul Morrisey de Armand Rovira, que en 16mm y blanco y negro realiza una suerte de homenaje al director de películas como Trash o Flesh.

El enfoque es más de contenido que de forma, pues realmente la película no intenta asimilar en ningún momento el estilo estético de Morrisey, con la que podría guardar cierta relación formal únicamente con Chelsey Girls, y más bien utiliza personajes de sus películas (homosexuales, drogadictos..) para realizar una serie de misivas cinematográficas que en sí misma son historias conclusivas y sin ninguna relación.

También guarda relación con el director en su enfoque subversivo, algo provocador (ahí están las imágenes del Valle de los Caídos convertido en templo sanador) y con un cierto humor negro.

Parece ser que la intención de Rovira al principio era comenzar una suerte de cartas filmadas al estilo de las Correspondencias de J. L. Guerín y Jonas Mekas pero el director neoyorquino no ha querido seguir el juego. Una lástima