El gato con botas: El último deseo

Próximos estrenos España 21 de diciembre  

Título original

Puss in Boots: The Last Wish

Año

2022

Duración

100 min.

País

 Estados Unidos

Dirección

Joel Crawford, Januel Mercado

Guion

Paul Fisher, Tommy Swerdlow. Historia: Tommy Swerdlow, Tom Wheeler

Música

Heitor Pereira

Fotografía

Animación

Reparto

Animación

Compañías

DreamWorks Animation, Pacific Data Images (PDI). Distribuidora: Universal Pictures

Género

Animación. Aventuras. Comedia | Gatos. Secuela

Grupos

Shrek | DreamWorks Animation (Películas) | El Gato con Botas (DreamWorks)

Sinopsis

Secuela de 'El gato con botas' (2011). El Gato con Botas descubre que su pasión por la aventura le ha pasado factura: ha consumido ocho de sus nueve vidas, por ello emprende un viaje épico para encontrar el mítico Último Deseo y restaurar sus nueve vidas... 

 

CRÍTICA

Estirar el chicle de las franquicias hasta que estas pierden buena parte del gustoso sabor original es uno de los principales pecados que ha cometido Dreamworks en prácticamente todas sus sagas, acumulando números detrás de los títulos que eran inversamente proporcionales a la frescura o huella de las películas. Esto se puede apreciar en su creación estrella, Shrek que, tras un histórico debut y una secuela potente que ampliaba el mundo, llegaron sendas tercera y cuarta partes notablemente más insípidas que denotaban signos de agotamiento.

Aun así, se atrevieron a tomar una de las piezas que más funcionaban, el gato con botas, y le regalaron un spin-off correcto, pero lejos de los estándares iniciales y sin realmente mucho que añadir, más allá del divertimento. Varios cortometrajes discretos y una ligera serie de televisión propia después, generaba una mezcla de pereza y escepticismo sentarse ante una nueva entrega de algo que parecía que poco más tenía que contar, pero la verdad es que El gato con botas: El último deseo, afortunadamente, rompe con la tendencia descendiente del estudio, logra aportar matices al personaje y se mueve en nuevos tonos sin traicionar al origen.

Superando con creces la primera entrega en solitario, el film abraza la madurez al presentar un gato crepuscular, consciente de encontrarse en su última vida y, en el deseo de pervivir, lanzarse al camino para encontrar la inmortalidad que le puede conceder una estrella. Con este pretexto, la película entra en una versión más existencialista de lo usual en Dreamworks, donde el felino reflexiona sobre lo que ha sido en sus múltiples existencias, lo que es actualmente y lo que quiere llegar a ser (o conservar).

Más adulta y oscura, evidentemente hay espacio para la moral y la loa a la humildad o a lo que se tiene, aunque sin resultar naif y adecuadamente maridado con la aventura y la socarronería. El guion deja una apreciable cifra de divertidos gags, particularmente en una primera mitad inspirada, para luego volverse más convencional, pero sin reñir con la efectividad y en coherencia con el viaje que el minino espadachín realiza.

La salsa y el ronroneo a los esquemas básicos lo sigue aportando el carisma de su personaje principal, intacto gracias al imbatible trabajo de Antonio Banderas, junto a nuevas incorporaciones de peso como Perrito, un encantador, gracioso y dulce can que ofrecerá una nueva perspectiva al héroe con botas. No son nada desdeñables la Ricitos de Oro a la que da voz Florence Pugh en versión original, cazarrecompensas al lado de su familia de oseznos, o el inquietante gran Lobo Feroz a cargo de Wagner Moura, pero existe una cierta saturación de oponentes que les impide brillar por separado tanto como al trío protagonista.

Manteniendo las referencias cinéfilas y a la cultura pop marca de la casa de una forma más controlada y natural, la película deja mucho espacio para la peripecia y la alimentación del propio universo, así como unas secuencias de acción vibrantes y notablemente planeadas. En relación a ello, la innovación no se limita solo al contenido, también se extiende a su concepción visual, presentando una combinación de un hegemónico 3D con un 2D más pintado en las secuencias de duelos y persecuciones, en una cierta reminiscencia al anime japonés -pero con trazo americano-.

Un claro ejemplo de la herencia cinematográfica que ha dejado otro callabocas como Spider-Man: Un nuevo universo (Bob Perschietti, Peter Ramsey, Rodney Rotham, 2018).

El reposo temporal ha favorecido una película que habla del paso del tiempo y la convivencia con la muerte equilibradamente dirigida a todos los públicos, ofreciendo el espíritu lúdico para niños y la introspección sombría para los adultos, certificando que las secuelas, si están pensadas con un propósito más allá de la motivación económica y hechas con respeto con el material y hacia el espectador, pueden ser gratificantes. El gato con botas: El último deseo gana el duelo y se queda con el botín, sumando más experiencia y entreteniendo al público con la misma energía que en sus anteriores ocho vidas.